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Kevin Spacey, de carismático antihéroe a marginado de Hollywood
La estrella de Hollywood está imputado por 12 agresiones sexuales contra cuatro hombres.
Antes de que el actor de 63 años Kevin Spacey fuera calificado este viernes 30 de junio como un “acosador sexual” por la fiscalía de Londres, tras ser imputado por 12 agresiones sexuales a cuatro hombres entre 2001 y 2013, el imperio del actor de 63 años Kevin Spacey comenzó a caer en octubre de 2017. Apenas tres semanas después de que las acusaciones contra el productor Harvey Weinstein salieran a la luz pública, Spacey fue impactado por el movimiento #MeToo.
El actor Anthony Rapp fue el primero en acusarlo, afirmando que Spacey lo había agredido sexualmente a los 14 años en una fiesta en Nueva York en 1986. Spacey se disculpó rápidamente, pero fue criticado por intentar desviar la atención de la noticia confirmando finalmente que es gay, un secreto a voces en Hollywood desde hacía años.
Menos de un mes después, Spacey fue acusado de abuso sexual por varios hombres en Estados Unidos y el Reino Unido, expulsado por Netflix y, sorprendentemente, retirado a última hora de la película “Todo el dinero del mundo”.
En 2019, los cargos de agresión contra el actor en Massachusetts fueron retirados. En octubre de 2022, un tribunal de Nueva York desestimó la demanda de 40 millones de dólares de Rapp por conducta sexual inapropiada.
En una de las varias vistas previas celebradas antes de la apertura del juicio, su abogado Patrick Gibbs aseguró que “Spacey niega enérgicamente cualquier tipo de criminalidad en este caso” y espera poder “defender su inocencia”.
Dada su cooperación con las autoridades judiciales británicas, el actor ha estado en libertad sin medidas cautelares, lo que le ha permitido seguir trabajando, aunque su carrera se haya visto duramente resentida por estas acusaciones y otras lanzadas previamente en Estados Unidos de las que fue absuelto.
En enero recibió en la ciudad italiana de Turín el premio “La estrella” de la Mole Antonelliana, institución pública que alberga el Museo Nacional del Cine, “en señal de reconocimiento” por su “contribución estética y de autor al desarrollo del arte dramático”.
“Mi vida va por delante. Nunca me he escondido, no he vivido en una cueva. He ido a restaurantes, he visto a mis amigos, me he reunido con personas que me han defendido y apoyado”, declaró entonces ante la prensa italiana.
Sus primeros éxitos
Spacey Fowler nació en Nueva Jersey en 1959. Creció en California, donde acudió por poco tiempo a la escuela militar, de la cual fue expulsado. El actor ha hablado sobre una infancia difícil, con un padre que él ha descrito como un “supremacista blanco” y un “neo-Nazi”, que despreciaba a los gais y que no valoraba el interés de su hijo en el teatro.
A pesar de eso, en 1979 Spacey se matriculó en Juilliard, la prestigiosa escuela de arte de Nueva York. Su mayor éxito en esos primeros años de teatro vino en 1986, en “Long Day’s Journey Into Night”, en la cual compartía escena con Jack Lemmon. Su primer rol en una película fue en “Se acabó el pastel” en ese mismo año, protagonizada por Jack Nicholson y Meryl Streep. Spacey interpretó a un ladrón en el metro en la producción dirigida por Mike Nichols, con quien volvería a trabajar en 1988 en “Armas de mujer”.
Spacey también tanteó la televisión y fue aclamado al dar vida a un joven jefe del crimen paranoico, psicótico e incestuoso en la serie “Wiseguy”. En 1995 interpretó al asesino en serie de “Seven”. Asimismo obtuvo su primer Óscar por mejor actor de reparto en “Sospechosos habituales”.
La consagración de Spacey llegó en 1999 con “Belleza americana”, en la que encarna a un padre de mediana edad que enloquece por una adolescente. Logró su segundo Óscar, esta vez como mejor actor, con esa cinta que se alzó con cinco premios de la Academia, incluyendo mejor película.
De las tablas a Netflix
En los años siguientes, Spacey cosechó reseñas mixtas al inclinarse hacia roles más ligeros. En 2003, anunció que asumía la dirección artística del teatro Old Vic de Londres. Su gestión de diez años en el histórico teatro fue ampliamente aclamada.
Protagonizó y atrajo a actores y directores a producciones diversas y atrevidas, deleitando con el “Ricardo III” de Shakespeare y poniendo en escena clásicos estadounidenses de Eugene O’Neill, Arthur Miller y Tennessee Williams.
Durante esa época, también cosechó aplausos en la pantalla grande como el nefasto villano Lex Luthor en “Superman Returns: El regreso”.
En 2013, Spacey contribuyó a la revolución del streaming en Hollywood al tomar el protagónico de la primera gran serie de Netflix, “House of Cards”, en la interpretaba a un diputado ambicioso y sin escrúpulos que llegaba a la Casa Blanca.
La serie se volvió un fenómeno cultural. Fue la primera serie exclusivamente en línea nominada y ganadora de un Emmy, y marcó además el comienzo de la era del maratón de series.
Agencia AFP y Redacción de El País
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