Mundo
La reina Letizia rompió en llanto durante su visita a Paiporta, España, por desastrosas inundaciones
En la visita a Paiporta, los monarcas intentaron acercarse a
“Asesinos”, “hijos de p...”. Una multitud indignada gritaba a los políticos que acompañaron a los reyes de España a la localidad arrasada por las inundaciones de Paiporta.
Algunos les lanzaron fango, otros vociferaron desgarrados entre lágrimas. Querían saber por qué nadie les avisó que el barro iba a arrasarles la vida y por qué nadie les ayuda ahora.
A unos metros del destrozado Auditorio Municipal, donde se ha abierto lugar entre los escombros para recibir los donativos, cientos de personas se arremolinaron sobre una decena de coches oficiales. Cinco días después de la riada que destruyó parte de la provincia de Valencia, las autoridades hicieron este 3 de noviembre su primera visita oficial.
Pero para los vecinos de Paiporta, donde los muertos ya son más de 70, según la alcadlesa de la ciudad, y aún buscan desaparecidos en los garajes anegados, ya es demasiado tarde.
“¿Cuántos muertos hay?, ¿Cuántos muertos hay?”, gritaron los vecinos enfebrecidos a la comitiva, que pronto tuvieron que abandonar el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, y el jefe del ejecutivo regional, Carlos Mazón, por la violencia. “¡El presidente es un perro!”, gritaron en alusión a Sánchez.
Finalmente, solo avanzaron caminando los Reyes de España, a los que un cordón de seguridad desbordado trataba de proteger. “No son muertos, son asesinatos”, lanzaron otros jóvenes.
Un hombre, entre lágrimas, les gritaba que salieran de su pueblo, mientras los agentes empujaban a una multitud fuera de control.
Con la chaqueta manchada de barro, y la cara y el pelo salpicados por esta sustancia viscosa que engulló el pueblo, el Rey consiguió avanzar unos pasos.
“Si hubieran venido el primer día y se hubieran puesto las botas, el pueblo los hubiese apoyado”, le recriminó un joven con una chaqueta amarilla, que logró cercarse hasta el Rey.
“Felipe, hay gente muerta por ahí”, le lanzó al monarca, que asiente con el gesto grave mientras trata de darle explicaciones.
Unos metros más adelante, la reina Letizia, con la frente y la nariz manchadas de fango, escuchó conmocionada a una chica y se llevó las manos a la cara. La imagen de la reina perpleja ante los reclamos de la gente rápidamente se viralizó en redes sociales.
Lo dije el otro día. El 31 de octubre, siendo el cumpleaños de Leonor, la princesa, que lleva dos años de formación militar, tendría que haber estado ayudando en Valencia. Así hubiera amortiguado la llegada de sus padres y evitado esta imagen dantesca
— Raúl Rodríguez (@Raul_rodo) November 3, 2024
pic.twitter.com/r2QcJ86jJ4
“Hay niños muertos, no tenéis vergüenza”, les grita a lo lejos un hombre entre lágrimas.
Ante las cámaras de medios de comunicación, la reina Letizia rompió en llanto luego de su tensionante visita a Paiporta.
“No es por ustedes, señora”. La indignación del pueblo iba contra Pedro Sánchez y Carlos Mazón. La reina Letizia, entre asustada e impactada por la situación absolutamente fuera de control, se rompe. Una imagen para la historia de España. pic.twitter.com/mUrQrWbNq8
— Raúl Rodríguez (@Raul_rodo) November 3, 2024
Fuera de nuestro pueblo
Indignados por una desgracia llena todavía de interrogantes, los vecinos del cinturón sur de Valencia se sienten solos. Han pasado cinco días desde la furiosa ola marrón que les sorprendió y a la que todavía no encuentran respuestas.
A muchos aquí en Paiporta la alerta por el temporal -que en esta localidad de más de 25.000 habitantes no dejó una gota de lluvia- les llegó cuando el agua que desbordó el barranco les llegaba ya a la cintura.
La mayor furia, sin embargo, es contra el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, y el jefe del ejecutivo regional, el conservador Carlos Mazón, a los que apenas se les vio por Paiporta.
“¿Dónde está Pedro Sánchez, Pedro Sánchez dónde está?”, coreaban los vecinos con la voz rasgada.
Tras transitar a pie parte de lo que hace unos días era una de las avenidas de la ciudad, convertida ahora en un cementerio de escombros, coches arrasados y calles enfangadas, los Reyes intentaban subirse a sus vehículos.
No lo consiguieron a la primera y retrocedieron, para nerviosismo de su equipo de seguridad. Finalmente, tras conversar con más vecinos que lograron acercarse, la comitiva abandonó la ciudad, que vuelve a su nueva realidad de destrucción, barro y búsqueda por los vecinos que todavía les faltan.
“Han venido aquí todos a proteger al rey y no están dejando pasar a los que de verdad vienen a proteger las calles”, lamentó Adrián García, quien como muchos de los habitantes de esta dinámica provincia mediterránea, ahora arrasada, jamás olvidará la noche del martes.
*Con información de AFP.
Regístrate gratis a nuestro boletín de noticias
Recibe todos los días en tu correo electrónico contenido relevante para iniciar la jornada. ¡Hazlo ahora y mantente al día con la mejor información digital!