Músico mexicano dedica conmovedora cumbia en honor del sumergible ‘Titán’

Una sentida canción dedicada a la reciente tragedia ocurrida en las aguas del mar Atlántico Norte, ha despertado sentimientos encontrados entre los seguidores de uno de los más reconocidos cantantes mexicanos, ‘Míster Cumbia’.

Y es que, precisamente, haciendo apología a su nombre, el cantante dedicó una cumbia a los ocupantes del sumergible que iban en una expedición para ver los restos del Titanic en el fondo del océano Atlántico Norte y que desapareció el pasado domingo. La nave se dirigía a los famosos restos del naufragio, frente a la costa de St John’s, Terranova, en Canadá, cuando perdió contacto con su barco de apoyo.

No obstante, aquel triste naufragio sirvió de insumo para Míster Cumbia, quien compuso ‘La cumbia del submarino perdido’, el nuevo tema musical con el que el talentoso artista buscó contar la historia del sumergible adentrándose en el mar, y lo que supuso para sus cinco ocupantes embarcarse en un viaje sin regreso.

Dicha canción tiene ya más de 28 mil reproducciones, y varios comentarios en felicitación al artista, pues aseguran muchos de sus seguidores que, pese a ser una cumbia, la noticia es triste y los ha hecho sentir a punto de llorar.

En su letra de oyen frases como “tengo miedo tan solo de pensar, estar ahí encerrado, en el fondo del mar... Están ahora perdidos, en las profundidades, le pido yo a Diosito, que pronto los rescate”.

Cabe decir que, en esta canción, Míster Cumbia fusionó instrumentos tradicionales de la cumbia, con sus rítmicas y pegajosas letras.

Así, ‘La cumbia del submarino perdido’ ha ido ganado popularidad en las redes sociales, donde usuarios de todo el mundo comparten la pieza y expresan su admiración por el talento del cantante.

El sumergible Titán implosionó momentos después de perderse

La esperanza fue lo último que se perdió en la búsqueda del sumergible Titán, que despareció de los radares desde el domingo 18 de junio con cinco tripulantes con destino a visitar los restos del icónico transatlántico Titanic, y desde ese momento, equipos de rescate privados, estadounidenses, canadienses y hasta franceses, llegaron hasta la zona para buscar la nave.

A pesar de los esfuerzos, el jueves 22 de junio el mundo se enteró de que una “implosión catastrófica” había acabado con la vida de los cuatro turistas y el piloto que estaban dentro de la nave, todo por la presión del agua en el fondo del océano. Sin embargo, todavía no se conocía cuánto tiempo habían esperado los tripulantes un rescate y cuál fue el momento crucial en el que ocurrió la tragedia.

Aunque se mantuvo la ilusión y el conteo regresivo sobre las presuntas 120 horas, cinco días, de oxígeno para encontrar con vida a los turistas, fue la Guardia Costera de Estados Unidos la que reveló que el mismo domingo 18 de junio, el día de la desaparición, sus equipos detectaron el momento de la implosión y a pesar de esto, se mantuvo el suspenso en la búsqueda, al parecer, todo a cuentas de la esperanza.

Tras la rueda de prensa, John Mauger, contraalmirante de la Guardia Costera estadounidense, le comentó a los medios de comunicación que los escombros encontrados por los equipos de rescate demostraban una implosión que acabó con la nave en instantes. Pero poco después, un oficial de la marina afirmó para el medio local CBS News, que el Ejército detectó una “una anomalía acústica consistente con una implosión” el domingo, momentos más tarde de la desaparición de Titán.

El mismo oficial reveló para New York Post que, tras encontrar la “anomalía acústica”, se indicó que esta información “no era definitiva”, y fue cuando se desplegaron los equipos de búsqueda con la esperanza de hacer todo lo posible por encontrar el sumergible y a las personas con vida.

“Los restos son consistentes con una catastrófica pérdida de presión de la cámara” del Titán, cuya comunicación se perdió el domingo, dos horas después de haber iniciado la inmersión con cinco personas a bordo, fue el anuncio del contraalmirante Mauger, en el que transmitió el pésame a las familias.

A bordo de Titán viajaban el millonario británico Hamish Harding, presidente de la compañía Action Aviation; el paquistaní Shahzada Dawood, vicepresidente de Engro, y su hijo Suleman -ambos también con nacionalidad británica-; el experto buceador francés Paul-Henri Nargeolet; y Stockton Rush, director general de OceanGate Expeditions, la compañía que opera el sumergible, y que cobraba 250.000 dólares por turista, es decir, alrededor de $1.036.137.500 pesos colombianos.