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Parte médico de Lula da Silva, tras su operación de cadera
Se prevé que permanezca ingresado en el centro médico hasta el lunes o a más tardar el martes.
La operación de cadera a la que se sometió este viernes, 29 de septiembre, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva transcurrió “sin complicaciones”, informó el equipo médico responsable en Brasilia.
“El procedimiento transcurrió sin complicaciones, el presidente está despierto, yendo a recuperación posanestesia”, informó en rueda de prensa Roberto Kalil Filho, médico personal de Lula.
El Mandatario, que en octubre cumple 78 años, “respondió muy bien a la anestesia” general y en breve será transferido a una habitación común, sin pasar por cuidados intensivos, explicó el médico.
Se prevé que permanezca ingresado hasta el lunes o a más tardar el martes.
El líder izquierdista se operó en el hospital Sirio Libanés en Brasilia, con el objetivo de aliviar los dolores de una artrosis, que lo aquejan desde hace por lo menos un año.
Lula ha recortado en los últimos días su agenda y canceló un desplazamiento a Sao Paulo por “recomendación” médica antes de la cirugía, dijo una fuente presidencial.
Antes de la cirugía, el gobernante había dicho que pretende “trabajar normalmente” durante su convalecencia, que pasará en el Palacio de la Alvorada, la residencia oficial.
Pero deberá poner un freno a su apretada agenda de viajes y se quedará en la capital brasileña al menos cuatro semanas.
Si todo sale como previsto, se espera que Lula retome sus desplazamientos internacionales a finales de noviembre, con motivo de la Conferencia de la ONU sobre el Clima COP28, en Emiratos Árabes Unidos.
Lula sufre en la parte derecha de la cadera de una artrosis, un desgaste en los cartílagos que revisten las articulaciones y que puede limitar los movimientos.
El lunes reveló que los dolores comenzaron en agosto del año pasado, durante la campaña contra su predecesor de ultraderecha Jair Bolsonaro, a quien venció en los comicios de octubre.
Desde entonces se intensificaron, dijo, causándole dificultades para dormir, sentarse o estar de pie, y lo dejan de “mal humor”.
Sin muletas a la vista
Pero el mandatario decidió postergar la cirugía por temor, según confesó, a transmitir una imagen de debilidad. En cambio, asumió el mando de una diplomacia hiperactiva y dio la vuelta al mundo para reuniones con líderes extranjeros y citas multilaterales.
Internamente, mantuvo el mismo empuje: viajó a varios estados de este país de tamaño continental, dio discursos y participó semanalmente en su programa “Conversación con el presidente”, transmitido en redes sociales.
Las próximas semanas, deberá caminar con ayuda de un andador, aunque dijo que por consejo de su fotógrafo oficial no se mostrará usándolo en público.
“No me verán de andador ni de muletas, me verán siempre guapo, como si no me hubiera operado”, afirmó, entre risas, el martes.
No es el primer percance de salud de Lula. Exfumador, fue diagnosticado en 2011 con cáncer de laringe y logró una total remisión el año siguiente, tras someterse a radioterapia y quimioterapia.
En marzo pasado, debió postergar un viaje a China por una neumonía.
Su predecesor, Bolsonaro, hoy de 68 años, fue hospitalizado varias veces durante su mandato, especialmente para tratar las secuelas de una puñalada durante la campaña electoral de 2018.
“Desconfianza”
Lula ya ha sufrido varios percances de salud.
En marzo pasado, debió postergar un viaje a China por una neumonía.
“El elector medio tiene una desconfianza natural por los políticos de edad avanzada”, dice André César, de la consultora Hold, en tanto que Lula no ha descartado postularse a los comicios de 2026.
“Lula demuestra energía, sí, pero no es la misma de sus dos primeros mandatos (2003-2010). Es inevitable”, añade César.
*Con información de AFP.
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