CUBA
¿Por qué el Che sigue vivo 50 años después de su muerte?
Este lunes se cumple medio siglo del fusilamiento del revolucionario Ernesto Che Guevara.
La pregunta que América Latina se hace es: ¿Por qué el ‘Che’ Guevara sigue vivo, si el 9 de octubre de hace 50 años lo mataron?
Es que la mítica figura de Ernesto Rafael Guevara de la Serna, conocido políticamente como el ‘Che’ Guevara, no ha logrado ser derribada en tiempos de la globalización y el mercado; de las redes sociales y de la efímera liviandad de la modernidad.
Desde Argentina, donde nació un 14 de junio de 1928 en Rosario en una familia de buena posición social, pero venida a menos económicamente, hasta México y Europa, la huella del pensamiento del exguerrillero es materia de estudio en las universidades públicas. Su legado es objeto de culto en países izquierdistas como Cuba, en cuya Revolución participó con Fidel Castro y Camilo Cienfuegos; Venezuela y en Bolivia, donde terminó su vida. Y su imagen icónica, que inmortalizó Alberto Díaz (Korda) en 1960, mantiene vigente su mito en camisetas, gorras, vasos, tapas de cuadernos, estatuillas, calcomanías y muchos objetos más.
El hermano del Che, Juan Martín Guevara, quince años menor, y autor del libro ‘Mi hermano el Che’ (Alianza Editorial, 2016), dijo que con esta obra quiere devolverle “un rostro humano” porque “humanizarlo es la única manera de hablar de su pensamiento”.
Esa como otras biografías y películas del extinto líder, narra la historia del médico que abandonó una prominente carrera en su país, para subir por los Andes a conocer de primera mano la pobreza y la injusticia de los pueblos perdidos de América Latina, según escribió en sus diarios ampliamente conocidos por sus biógrafos y guionistas de las películas en su honor.
En su primer viaje, iniciado en 1951, sus crisis de asma solo lo dejaron llegar hasta Caracas, donde un familiar logró “repatriarlo” a Argentina. A su paso por Colombia, como buen visionario que era, calificó desde entonces este país como uno de los más inequitativos del continente.
En el segundo, iniciado en 1953, repasa su recorrido por Suramérica, sube por todos los países de Centroamérica hasta terminar en México.
En ambos viajes, Guevara se ve obligado a desempeñar oficios varios, desde cocinero en un buque, hasta médico tratando de paliar las enfermedades de los campesinos, los mineros, los obrertos, lo que va alimentando su rebeldía.
En un tren que lo lleva de Guatemala al país azteca, en junio de 1954, conoce a un hombre llamado Fidel Castro, con quien comparte el sueño de la revolución del continente y se enfila con él a la lucha de la Sierra Maestra. Allí su vida toma un rumbo definitivo.
Con el triunfo de la Revolución Cubana, Fidel Castro lo nombra en diversos cargos, como director del Banco Central y Ministro de Industria, pero el Che se niega a ser un revolucionario de escritorio. En virtud de su espíritu combativo y nómada, Fidel lo envía a los países árabes de África y Congo, “a buscar apoyos para la Revolución”.
Su profundo nivel intelectual, en filosofía y el pensamiento político, lo llevó a representar a Cuba ante la ONU, y luego los países de Europa Occidental, donde otra vez su espíritu visionario anuncia que el capitalismo se impondrá en la Unión Soviética.
En época de la Guerra Fría y cuando la CIA ya lo perseguía, se ocultó en la antigua Checoslovaquia, con identidades falsas y cambios de su fisonomía como no llevar barba ni cabello. Al final regresó a impulsar la insurgencia en Bolivia, lo que le costó la vida cuando aún no cumplía los 40 años de vida.
En combate en La Higuera fue capturado el 8 de octubre por el Ejército de Bolivia con apoyo de agentes de la CIA. Al día siguiente, fue ejecutado en un lugar que es sitio de peregrinación de visitantes de todo el mundo que ya suman por 4,7 millones de personas, en especial de militantes de la izquierda.
Su hermano y biógrafo Juan Martín, opina que de esa semilla, “la experiencia concreta no, pero la ideología y la filosofía del Che sí es válida” porque el sistema capitalista “no equilibra y ese es el problema”.
Defiende el marxismo y el leninismo promovido por su hermano, pero destaca la conciencia ética del Che porque “sin conciencia no hay cambio”, comenta. Igual es consciente de que no se puede ignorar el carácter de mito con que su imagen es manipulada y utilizada, pero insiste en que a esa imagen “hay que darle contenido”.
De ello se ha ocupado Cuba, que ayer le rindió honores de héroe a su figura y legado, erigido como un “gigante moral” que debe servir de guía a las nuevas generaciones ante las nuevas amenazas del imperialismo.
“Jóvenes de todo el planeta encontrarán en su voluntad de acero, su fe en la humanidad, sentido del honor y la dignidad, su audacia y austeridad, la inspiración para construir un mundo mejor”, afirmó el primer vicepresidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, en su discurso en el homenaje de ayer en la ciudad de Santa Clara, frente al mausoleo donde reposan sus restos desde hace 20 años.
Allí el presidente cubano y compañero de lucha en la Sierra Maestra, Raúl Castro, acompañado de su gabinete y vestido de uniforme militar, depositó una rosa blanca sobre la tumba del revolucionario más idealista de América Latina, pero no dio discurso.
Homenajes
El periódico Granma dedicó toda su edición al “guerrillero heroico” de la Revolución, el Che Guevara, entre muchas galas culturales, exposiciones y especiales en la televisión.
Evo Morales, presidente de Bolivia, caminó dos kms. con los cubanos Harry Villegas (Pombo) y Leonardo Tamayo (Urbano), que combatieron junto al ‘Che’ en Bolivia y en Cuba, y con los seguidores que cada año van al lugar, a 800 kms. de La Paz, por admiración al rebelde comunista.
“El exagente de la CIA Félix Rodríguez torturó al ‘Che’ y dio orden de asesinato” al sargento boliviano Mario Terán”, dijo Morales.
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