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¿Por qué los aviones no sobrevuelan la Antártida?
La región se caracteriza por tener unas condiciones meteorológicas extremadamente severas, que son un gran desafío para la aviación.
Una de las preguntas más frecuentes que se hacen las personas que son curiosas en temas como la aviación es la de porqué los aviones no sobrevuelan la Antártida, pese a los grandes avances que ha tenido la tecnología.
La realidad es que son varias las razones que explican este interrogante como son las técnicas, medioambientales y reglamentarias, que limitan los vuelos sobre uno de los últimos grandes misterios de nuestro planeta.
En el portal Aviaton Group se explica que “las temperaturas frígidas pueden llevar al congelamiento de componentes críticos del avión, como los motores y los sistemas hidráulicos, afectando significativamente su funcionamiento”.
Además, agrega, “la región es conocida por sus fuertes vientos y frecuentes tormentas de nieve, lo que complica aún más la navegación y el control del vuelo. Estos factores ambientales hacen que volar sobre la Antártida sea peligroso”.
Otro factor crucial es la dificultad en la navegación cerca del Polo Sur. Según explican los expertos en aviación, la proximidad al polo magnético, puede causar interferencias en los sistemas de navegación basados en satélites, como el GPS, y las brújulas magnéticas se vuelven ineficaces.
“Esto puede desorientar a las aeronaves que dependen de estas herramientas para la navegación, lo que incrementa el riesgo de que pueda ocurrir un error humano o desviación de curso”, señalan.
La falta de infraestructura de emergencia adecuada en la Antártida también es un impedimento significativo.
De otro lado, esta zona no es la más adecuada para un aterrizaje forzoso en caso de que se llegue a presentar una emergencia, pues al no haber suficientes aeródromos que puedan manejar un avión comercial grande y están esparcidos a grandes distancias entre sí, limita las opciones para realizar un aterrizaje de emergencia.
Obviamente esto representa un riesgo considerable para la seguridad de los pasajeros y la tripulación a bordo.
Dicho tratado hace especial referencia a la conservación del medio ambiente antártico y limita las actividades humanas que podrían perturbar su frágil ecosistema.
Esta ley, pese a que no prohíbe específicamente los vuelos sobre el continente, si tiene restricciones impuestas que hacen que las operaciones aéreas sean más complicadas y menos atractivas para las aerolíneas.
Asimismo, desde una perspectiva operacional y económica, los vuelos sobre la Antártida no son viables. Un vuelo hacia este continente requiere de una preparación y un equipamiento especial, que incrementa los costos operacionales. Además, debido a la falta de demanda de rutas comerciales hacia este continente, no es económicamente rentable para las aerolíneas.