¿Qué es el ébola, la enfermedad que ha vuelto a preocupar al mundo?

El ébola es una infección altamente peligrosa que se contagia a través de fluidos corporales. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la persona afectada debe ser aislada inmediatamente y su tratamiento requiere de medidas de protección extremas para el personal que lo asiste.

Aunque su origen es desconocido, el ébola es relacionado con el murciélago de la fruta, animal que sería el primer portador de este virus.

Su contagio, según lo que reseña la OMS, es a través de sudor, sangre, semen, orina, heces, saliva de la persona infectada. Recientemente se comprobó que una persona afectada puede llegar a transmitir el virus a al menos dos personas. 

La infección se produce al entrar el virus a través de la piel o de las membranas mucosas. 

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Por eso, este brote de ébola, declarado hace un año, se ha convertido en el segundo más grave de la historia, tras el que tuvo lugar en África occidental en 2013-2016 y que causó más de 11.300 muertos.

Confinado a la República del Congo, el ébola ha vuelto a mostrar su peligrosidad, ya que de los 2.512 enfermos han muerto 1.676, un balance provisional pero que da una idea de lo que podría ocurrir si el virus se propagara en Goma, ciudad mucho más grande -de 1 millón de habitantes- que cualquiera de las afectadas hasta el momento.

Los síntomas empiezan, principalmente, entre dos días y tres semanas después de contraer el ébola. La mayoría de pacientes manifiestan dolor de cabeza severo, irritación ocular, fiebre alta, dolor de garganta, dolores musculares, escalofríos, debilidad, fatiga, náuseas y vómitos, diarrea, granos, fallo hepático y renal, así como sangrado por boca, nariz, ojos y oídos.

Frente a estos síntomas, el ébola no tiene un tratamiento específico. El paciente tiene que estar aislado y ser atendido por personal cualificado y con el equipamiento de protección preciso frente a riesgos biológicos.

Lo que se trata es de asistir al paciente rehidratándolo vía oral o vía intravenosa y administrándole antipiréticos, analgésicos, antieméticos y tranquilizantes.

Es importante controlar la tensión arterial, aplicar oxígeno si hay dificultades respiratorias, controlar el riesgo de otras infecciones con antibióticos de amplio espectro. Es posible que también sean necesarias transfusiones de sangre, terapia de reemplazo de plasma y diálisis.

La OMS declaró en todo caso su confianza en que Congo y Uganda, donde hubo tres casos relacionados entre sí y que no se replicaron, han actuado en todo momento con total transparencia y que por tanto todos deben mantener "una política de puertas abiertas" hacia ellos.

La reacción al único caso en Goma se puso en marcha en 72 horas, con la identificación y localización de los contactos del hombre infectado, la vacunación de 75 de ellos, mientras que personas que pudieron estar cerca de él y miembros de su familia están bajo supervisión.

Mientras tanto, 15.000 personas son controladas a diario para detectar cualquier caso sospechoso en el punto de frontera entre Goma y Ruanda.