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Tras nueve horas de espera, Bernardo Arévalo tomó posesión y es el nuevo presidente de Guatemala
La posesión se había retrasado porque el congreso no se había definido.
El socialdemócrata Bernardo Arévalo asumió la presidencia de Guatemala en la madrugada de este lunes 15 de enero, tras una atropellada jornada en el Congreso y meses después de una arremetida judicial.
Esta posesión se dio con más de nueve horas de retraso debido a que el Congreso del país centroamericano, controlado por partidos afines al presidente saliente, Alejandro Giammattei, mantiene detenido el proceso de acreditación de los diputados electos y reelectos.
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— Alerta News 24 (@AlertaNews24) January 15, 2024
Tras dar el sí en el juramento, Arévalo, prometió este lunes que no permitirá que las instituciones de su país sigan doblegadas por la “corrupción” e “impunidad”, así lo dejó saber en su primer discurso como presidente.
“No permitiremos que nuestras instituciones se dobleguen otra vez ante la corrupción y la impunidad”, dijo en el acto solemne, que se celebró con más de nueve horas de retraso en el Teatro Nacional, en el centro de la capital.
“Nunca más el autoritarismo. Jamás permitiremos que la violencia sea empleada como medio para promover agendas políticas o preservar privilegios”, añadió, con la banda presidencial en el pecho.
El nuevo presidente guatemalteco advirtió que “el mundo está siendo confrontado por una ola de autoritarismos, la propagación de la intolerancia, la restricción del disenso”.
“Nos enfrentamos a nuevos fenómenos autoritarios como la cooptación corrupta de las instituciones estatales por parte de grupos criminales que explotan su apariencia democrática para traicionar los principios de libertad, de equidad, de justicia”, alertó.
“No nos dejen solos, nosotros no nos daremos por vencidos”, manifestó.
Arévalo, sociólogo y exdiplomático de 65 años, pasó inesperadamente en junio a la segunda ronda presidencial con una candidata conservadora aliada del oficialismo, a quien venció cómodamente con un 60% de los votos por su mensaje anticorrupción.
Desde entonces, enfrentó una ofensiva judicial que denunció como un “golpe de Estado”, detrás del que estarían corruptos de la élite política y económica que por décadas ha regido el destino del país.
“Durante estos últimos meses nos hemos enfrentado a complejas tensiones y desafíos que llevaron a muchos a creer que estábamos destinados a un retroceso autoritario”, dijo.
Con información de AFP.
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