Maromas escandalosas
Al no contar con estudios técnicos serios, no es claro cómo concluyó la Alcaldía que Cali necesita una nueva empresa de economía mixta
A un mes de terminar el año, la Alcaldía de Cali presentó al Concejo un proyecto de acuerdo que autoriza al alcalde crear una empresa de economía mixta, donde el 55% de las acciones pertenecen a la Administración Distrital y sus entidades descentralizadas, y el 45% serían de un socio ‘estratégico’ privado por definir. El propósito de esta empresa es ejecutar proyectos que incluyen alumbrado público, semaforización y cámaras de vigilancia, por mencionar algunos posibles negocios.
Esta propuesta también permite al alcalde orientar todos los recursos del alumbrado público a la nueva empresa; es decir, casi 142 mil millones de pesos que año a año y a perpetuidad irían a esta recién creada empresa que, al ser público-privada, podrá contratar a dedo y evadir controles. Se han levantado voces que con mucha razón sugieren que esta decisión pone en riesgo la plata de los caleños y el bienestar de la gente.
Al no contar con estudios técnicos serios, no es claro cómo concluyó la Alcaldía que Cali necesita una nueva empresa de economía mixta y no se entiende por qué se define el modelo corporativo que está proponiendo. Tampoco tiene sentido que el alcalde Ospina y su equipo descalifiquen a Emcali para que pueda hacerse cargo de la operación de los proyectos de Cali Inteligente. De hecho, ¿por qué hace un año fue Ospina al Concejo a pedir una ampliación de los negocios a los que se puede dedicar la empresa municipal más allá de la prestación de servicios públicos, pero ahora niegan que pueda asumir servicios como el alumbrado? ¿Por qué la nueva empresa y no Emcali?
Esta sería una empresa que recibirá una altísima inyección de recursos públicos amarrados para siempre desde el momento en que se dé la autorización y, dado que será una entidad nueva con limitados recursos físicos, humanos y tecnológicos, se podrá convertir en un nido de clientelismo y en una intermediaria para subcontratar estos servicios sin mediar licitaciones o concursos públicos, elevando los riesgos de corrupción y de selecciones perversas. Todo preocupa profundamente.
Queda claro que esta propuesta es una prioridad política para Ospina y sus socios, quienes están adecuando el terreno para actuar a sus anchas; así sucedió con la elección la semana pasada del nuevo contralor distrital quien no dudó en agradecer efusivamente durante su posesión al cuestionado exgobernador Juan Carlos Abadía. Con contralor propio, con una nueva empresa multimillonaria y con la ausencia de posiciones contundentes en contra desde los gremios, la academia, los sectores políticos y otras organizaciones de la sociedad civil, el pronóstico frente a esta materia es reservado.
Hago un llamado a estos sectores a unirse para detener el cada vez mayor deterioro de las instituciones caleñas. También a los concejales Roberto Ortiz, Fernando Tamayo, Carlos Hernán Rodríguez, Carlos Pinilla, Flower Rojas, Carlos Arias y Harvey Mosquera para que frenen, hoy lunes, este negocio escandaloso en la Comisión de Entidades descentralizadas. Ellos conforman esa comisión y en su voto está la responsabilidad de pararlo.
Mañana martes 7 de diciembre, mientras los caleños estaremos en plena celebración de la noche de velitas, el Alcalde pretende que esa comisión de siete concejales le apruebe en primer debate su propuesta. De lograrlo, escándalos como la Feria Virtual o el Alumbrado Móvil del año pasado se verán como simples velitas frente a lo que vendrá con esta nueva maroma de Ospina. Nada es casualidad, todo hace parte de un mismo entramado. No dan puntada sin dedal.