Alejandro y Diana

No tengo duda alguna que Alejandro Eder y Diana Rojas son los mejores candidatos para lograr una recuperación de esta sufrida ciudad. Con mucha preocupación parecía que, difícilmente, alguno de ellos triunfaría si mantenían las dos candidaturas. Por muchas razones, pero sobre todo por querer la ciudad y querer recuperarla, sus votantes tenían características muy similares y la presencia de esas dos alternativas terminarían debilitándose mutuamente y favoreciendo a los otros candidatos.

El acercamiento que lograron y la decisión de Diana de retirar su candidatura mostró su verdadero compromiso por Cali, su madurez y ratificó que es una mujer con un gran futuro como dirigente. La dupla que pueden hacer y la forma en que se pueden complementar augura muy buenas cosas para la ciudad. Si Alejandro es elegido y si su gestión, como estoy seguro, logra sus propósitos, lo que abre es la posibilidad de una sucesión con Diana para el siguiente cuatrienio.

Y es que eso es lo que se necesita. Contar con un proyecto de ciudad que tenga la continuidad suficiente para sacar adelante proyectos importantes. A Alejandro le va a tocar una etapa muy dura que es la recuperación de una ciudad con falencias de todo tipo, en la que se ha perdido el sentido de pertenencia y en la que la indisciplina que dejaron las protestas de 2021 ha dejado una marca de deterioro en la cultura ciudadana que es necesario revertir. Una ciudad en que la corrupción en la administración pública y la inseguridad en las calles hace que desde otros lugares se mire a Cali con un sentimiento de lástima, por la comparación que se hace con esas épocas en que la ciudad era modelo de progreso y ciudadanía.

Ahora la responsabilidad es de los caleños, que no deben dudar por quién votar. Tienen enfrente un candidato con todas las competencias para hacer una gran alcaldía y una coequipera que puede no solo dar el apoyo que requiere el alcalde, sino seguir consolidándose como una integrante de primer nivel de la generación de relevo de la dirigencia que requiere no solo Cali, sino Colombia.

Los caleños, a quienes les duele la ciudad, no pueden caer en el error de no respaldar con entusiasmo la oportunidad que se le abre a Cali con la candidatura de Eder y con lo que puede significar una Diana Rojas comprometida con la recuperación de la ciudad. La responsabilidad que tienen en sus manos es muy grande, pues caer en manos de la politiquería, la rapiña por los contratos y no salir de ese marasmo en que se encuentra la ciudad sería un error imperdonable.

Las propuestas de gobierno de Eder son buenas. Complementarlas con los aportes de Rojas, mejor aún. Pero, por sobre todo, lo que van a traer a la ciudad es un impulso para que los caleños puedan volver a sentirse orgullosos de su ciudad y sean capaces de aprovechar todo el potencial que tiene para convertirse en el verdadero polo de desarrollo del occidente colombiano.