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El MÍO sí, pero no así

Al MÍO hay que salvarlo, las deudas hay que pagarlas y la financiación se debe conseguir.

12 de febrero de 2023 Por: Alfonso Otoya Mejía

Hace casi 20 años Cali decidió hacer una apuesta al futuro de la movilidad de sus ciudadanos. De manera acertada optó por cambiar un sistema desordenado, informal y agresivo por uno que buscara el bienestar no solo de los usuarios, sino de los ciudadanos en general.

Desde sus inicios la titánica iniciativa del MÍO enfrentó no solo opositores, sino también individuos cuyos intereses estaban en contra de este desarrollo. Estos personajes que aun rondan en el panorama siempre han tratado de defender su estatus quo. Hoy el MÍO enfrenta un momento crítico. Ahora Ospina, que durante tres años solo mostró una desidia calculada, trata de plantear una sin salida para justificar que le autoricen recursos millonarios, así no sea clara su ejecución ni si estos verdaderamente van a servir para salvar el sistema.

Quisiera entrar un poco más en el fondo del problema del MÍO y la solicitud de recursos al concejo. Lo primero que se debería tener claro es que el problema principal del sistema es que su infraestructura no se ha terminado. Hoy el MÍO no cuenta con infraestructura tan importante como la estación central del sistema. Pretender que sin este importante componente el sistema funcione, es como pretender que el sistema circulatorio de una persona funcione sin corazón.

Sin embargo, la pregunta es: ¿Qué ha hecho Ospina durante los últimos 3 años por terminar la infraestructura del MÍO? Más allá de criticar el sistema, mantener a los operadores desfinanciados y pretender integrar los viejos y destartalados buses colectivos de su amigo y financiador de campañas, Ospina no ha hecho nada.

Ahora pretende, con la excusa de salvar el sistema, desfinanciar el fondo que sirve para mantener la malla vial de Cali a través de la sobretasa a la gasolina, para inyectarle $1,3 billones al MÍO. Inversión que no estaría destinada a la infraestructura y por lo tanto, no ayudaría a solucionar el problema de fondo del sistema. Esta nueva excusa lo que sí hace es alargar una inminente intervención por parte de la Superintendencia de Transportes. No quieren esta intervención para garantizar que uno de los concejales de Cali siga manteniendo su feudo burocrático en Metrocali.

Según Ospina, los $1,3 billones se destinarán a pagar deudas e incumplimientos viejos de su alcaldía que, curiosamente, no ha sido capaz de cubrir a pesar del enorme presupuesto que ha manejado. Nunca les ha dado la cara a los operadores y siempre ha dejado desfinanciada la operación del sistema. Nunca abordó la problemática de fondo, y al igual que en su primera alcaldía, solo usó al sistema con fines publicitarios. Hoy Ospina trata de montarse en el tren de cercanías, pero no entiende que este importante proyecto de ciudad será inviable sin un MÍO que funcione y lo integre.

Queda claro, como ocurrió con Emcali en su momento, que los políticos de nuestra ciudad no son capaces de administrar empresas. Las quiebran. No resuelven los problemas de raíz. Hoy debemos exigir a Ospina que saque los recursos de su presupuesto, mal y poco ejecutado, y no pretenda obtener otro cheque en blanco del concejo. Si definitivamente va a utilizar los recursos de la sobretasa a la gasolina, que sea para dar soluciones de fondo al problema del MÍO.

Al MÍO hay que salvarlo, las deudas hay que pagarlas y la financiación se debe conseguir. Lo que no se debe hacer es desfinanciar el fondo que debe garantizar el mantenimiento de las calles de Cali. La plata para el MÍO sí, pero no así.

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