Ángel Barajas

Los triunfos de los deportistas en las contiendas internacionales tienen un significado que desborda otras ejecutorias. La evidencia la hemos palpado durante los últimos días con ocasión de la medalla de plata que recibió el cucuteño Ángel Barajas en una de las pruebas que se consideran más exigentes como es la de la gimnasia artística. Cómo fue que un joven que apenas está cumpliendo los 18 años logró semejante hazaña cuando todos sabemos las dificilísimas circunstancias que rodean el desarrollo de la vida de cualquier deportista que tenga la ambición de llegar muy alto en su carrera.

Lo que debe entenderse muy bien es que no es suficiente con la exaltación que este hecho histórico ha merecido y con los relatos del propio Ángel Barajas, de su querida madre, de sus parientes cercanos y, hay que subrayarlo, de su entrenador, el profesor Ruíz. Es que hay una confluencia de factores que permitieron desde muy temprana edad alimentar una ilusión que se hizo realidad en los Juegos Olímpicos de París, pero que ya había tenido manifestaciones de éxito muy significativas en otras competencias internacionales.

Y aquí es donde me parece que es necesario hacer algo que parece exótico o extraordinario, que es la elaboración de una sencilla, veraz e inspiradora biografía de Ángel Barajas que incluya el papel que jugaron los factores arriba mencionados.

Lo que se requiere es un texto bien concebido, sin exageraciones, muy apegado a la realidad de los hechos, que debe convertirse en una lectura recomendada para todos los jóvenes. Es que lo que hay que divulgar es el resultado de un esfuerzo colectivo en medio de muchas carencias que son superadas en virtud de disciplina, dedicación y perseverancia.

Es que tenemos a la vista un ejemplo formidable para mostrarle a la juventud que no solo en el campo del deporte, sino en otros, el éxito está vuelta de la esquina si es que se conjugan una serie de factores que le van a indicar a los jóvenes que aun en medio de grandes dificultades es posible alcanzar metas que de otra manera, rutinariamente, vemos como imposibles.

Es el tipo de ejemplos de vida que tanto en la perspectiva del deporte, como de otros sectores de la vida, deben ser parte de la formación intelectual, espiritual, y disciplinaria de los jóvenes. Hay muchos ejemplos como el de Ángel Barajas y de quienes contribuyeron a sus triunfos. No es exótico pensar en que se escriba esa biografía porque creemos que estas solamente se elaboran al final o después de la vida, pero es que tenemos urgente necesidad de que sean estos ejemplos tempranos los que sirvan para indicarle un camino, que no siempre será el deporte, a los jóvenes colombianos. Una tarea para el Ministerio de Educación, para el Ministerio de Cultura, para el Ministerio del Deporte y para cada una de las escuelas y universidades del país.

Tiene que ser algo más que una flor de un día. Debe servir, hoy y siempre, como un faro, como una formidable inspiración, como una enseñanza de vida, como un camino que se puede seguir en diversas actividades de la vida, las más difíciles y complejas, como el caso de Ángel Barajas o no tan difíciles, pero que sirven como marcos de acción que pueden cambiar todo el horizonte, todo el porvenir, principalmente, cuando no se ven caminos, cuando el futuro no es tan claro, y cuando los obstáculos paralizan y desconsuelan. Es una inversión urgente y muy rentable. No todos tienen que ser estrellas olímpicas.