Embarazo en adolescentes
En la eco-aldea Nashira en sus 20 años de existencia, siendo un proyecto de interés social solo ha habido un embarazo en adolescentes y ella es ahora una estudiante de Derecho
En el marco del Día Mundial de la Prevención del Embarazo en Adolescentes, las estadísticas en Colombia no son alentadoras. Según el Dane, Para el II trimestre de 2021 se registró un aumento anual de 6,3% en el número de nacimientos en niñas y adolescentes entre 14 y 19 años, pasando de 24.849 a 26.405 mientras que los nacimientos en niñas menores de 14 años incrementaron 22,2%. Además, muestra el estudio que los padres eran todos mayores de 20 años.
Este crecimiento en los embarazos de niñas, no hay duda tuvo que ver con la cuarentena y el encierro al que el país y el mundo estuvieron sujetos por la pandemia del Covid-19 entre el 2020 al 2021. El aislamiento social aumentó la violencia intrafamiliar siendo muchas veces los niños y niñas los más afectados. Seguramente en el ambiente de hacinamiento de muchas viviendas, el alcoholismo y las violaciones convirtieron a las niñas en las víctimas directas de las secuelas sociales de la pandemia. Según el Unicef, la mayoría de los casos de violencia en los primeros años de vida se da por parte de un familiar directo o persona cercana al niño o niña. En cuanto a la salud, las muertes prenatales son 50% superiores para los bebés que tienen madres menores de 20 años. También es mayor el número de partos prematuros, malformaciones o complicaciones cardio-respiratorias.
En las zonas rurales la situación es álgida. El 63,7 % de las niñas entre los 10 y 14 años que tuvieron algún hijo o hija, no asisten a ningún centro educacional, quedándose automáticamente sin la posibilidad de tener un bachillerato y mucho menos educación superior.
La niña es discriminada, no puede realizar su proyecto de vida o termina en un matrimonio servil como Patricia Guerrero una habitante de la eco-aldea Nashira a quién el amante de su madre la violó a los 12 años, quedó embarazada, tuvo 7 hijos y un marido que borracho la golpeaba cada quincena cuando recibía su pago. Patricia no aprendió a leer y dice que no fue a la escuela porque cuando llegaba en su nativa Huila se desmayaba del hambre.
Tuvo la suerte de llegar a Nashira y con la ayuda de las otras mujeres pudo deshacerse del marido abusador, tuvo el coraje de denunciarlo y sacar a sus 7 hijos adelante y ahora puede decir con orgullo que dos de sus 6 hijas son ya profesionales, y ninguna de ellas ha quedado embarazada. En la eco-aldea Nashira en sus 20 años de existencia, siendo un proyecto de interés social solo ha habido un embarazo en adolescentes y ella es ahora una estudiante de Derecho. Nashira se ha acogido a la política de Bienestar Familiar y las mismas madres llevan a sus hijas a los 12 y 13 años a que Bienestar les ofrezca las diferentes opciones de planificación familiar. La mayor parte de las niñas se han colocado la pila que les permite no quedar embarazadas por un período de 7 años.
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