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Agua sana

Estimado lector, no quiero paniquearlo, pero quizá usted y yo tenemos en...

23 de mayo de 2011 Por: Antonio de Roux

Estimado lector, no quiero paniquearlo, pero quizá usted y yo tenemos en latencia un cáncer terminal o una enfermedad neuro degenerativa. Muchísimos parientes y amigos suyos como míos han sucumbido por tumores de hígado, riñón, páncreas, cerebro. Otros se han apagado bajo el suplicio temprano del parkinson, el alzhaimer, o la esclerosis múltiple. Aquí y allá aparecen datos sobre malformaciones en los recién nacidos. Las causas de esta devastación son múltiples, pero una de ellas es la calidad del agua que bebemos. Tanto usted como yo tenemos responsabilidad: hemos querido ignorar el asunto, hacernos los locos. Por años no reclamamos a las autoridades el cumplimiento de su deber en la materia, y seguramente vamos a dejar que en los próximos comicios se elijan individuos apáticos frente a estos temas. Usted podrá pensar que exagero con este cuento, pero demos una mirada a los tres ríos de los que beben los caleños. El Cauca, de donde se toma la mayor parte del líquido vital, recibe los lixiviados del basurero de Navarro, las descargas contaminantes de los procesos industriales, las aguas negras no tratadas de decenas de municipios, restos de los herbicidas y pesticidas empleados en las labores agrícolas. Para describir tan sólo los lixiviados piénsese en una sopa venenosa de metales pesados, que contiene cromo, plomo, cobre, cadmio, entre otros. Son elementos que aún en dosis ínfimas pueden desconfigurar la genética, producir cáncer, alterar las defensas. En lo que se refiere al río Cali las cosas han venido empeorando. Las informaciones disponibles indican que en sus cabeceras hay cerca de cincuenta minas de oro activas, y retroexcavadoras desbrozando loma. Los ríos Pichindé y Felidia, tributarios del llamado río tutelar, entregan al acueducto aguas contaminadas con mercurio y cianuro. El caso del Pance no puede dejarse entre el tintero. Este cuerpo de agua alimenta varios acueductos rurales y urbanos del sur de la ciudad. Pero se sabe que en su parte alta ha funcionado el negocio de engorde de marranos, entre otras actividades no autorizadas. El resumen expuesto pone de presente la importancia del Estudio Sobre la Calidad del Agua del Río Cauca, elaborado por las universidades Javeriana y del Valle, contando con recursos de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid). Las labores de campo tuvieron el apoyo de la CVC, y la orientación general del proyecto estuvo a cargo del ingeniero William Ocampo, investigador talentoso.Emcali salió ayer con un comunicado en el que niega cualquier riesgo para la salud relacionado con el agua que distribuye en cuatro municipios. Pero hasta donde es conocido los datos de la empresa consideran la carga orgánica y los niveles de sólidos, sin extenderse a los metales y químicos disueltos, ni a los sedimentos depositados en los lechos de los ríos. Estos sedimentos son indicio cierto sobre la calidad del líquido captado por los acueductos.Los ciudadanos tenemos derecho a conocer absolutamente todos los aspectos involucrados en la calidad del agua. El tipo y extensión de los análisis debe regirse por estándares internacionales, y los resultados deben ser auditados por entidades independientes. No puede ser el mismo proveedor quien certifique la calidad de lo que bebemos.

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