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Ataraxia y eudaimonía
La ataraxia o estar tranquilo en medio del caos, no es eliminar las emociones, es mantener un estado de calma que conviva con ellas...
En un ritmo tan acelerado como el de hoy, con complejos desafíos en todos los ámbitos, tanto personales, profesionales y empresariales, en donde convivimos a diario con sentimientos de ansiedad, inquietud mental y estrés generalizado, hace clave que encontremos herramientas que nos permitan contrarrestarlos.
La hiperconectividad digital, la exposición continua a noticias negativas, las presiones económicas, entre otros fenómenos mantienen nuestras mentes inquietas y aumentan la sensación de inseguridad, carencia e impotencia, afectando nuestra capacidad para lograr una perspectiva positiva y resiliente ante la vida. En este contexto, alcanzar lo que los filósofos estoicos definieron como ataraxia, o estado de tranquilidad y paz interior, y eudaimonía, felicidad y satisfacción en la vida, se vuelve supremamente retador.
El estoicismo, filosofía con 2.000 años de antigüedad nos invita a integrar la tranquilidad mental y el desarrollo personal en la vida diaria lo cual requiere un cambio en nuestras prioridades y expectativas, valorando el bienestar interno tanto, como los logros externos, lo que nos puede permitir enfrentar todo lo que nos desestabiliza del mundo moderno y construir una existencia más equilibrada y significativa.
La ataraxia o estar tranquilo en medio del caos, no es eliminar las emociones, es mantener un estado de calma que conviva con ellas; lo que los estoicos llamaban actuar con virtud. Cuando logramos calma podemos tomar mejores decisiones, diferenciar con mayor facilidad lo que está bajo nuestro control de lo que no y gestionar lo que sí podemos controlar, sin dejar la vida a la deriva de los eventos externos. Decía el emperador Marco Aurelio, gran exponente del estoicismo, “la tranquilidad depende del buen ordenamiento de la mente, lo único que realmente te pertenece.”
Los estoicos creían que aceptando y alineándose con el orden natural del universo se puede alcanzar la eudaimonía, concepto de origen aristotélico que está estrechamente relacionado con la profunda conexión social. Séneca invitaba a usar la naturaleza humana como guía para actuar siempre con la razón y la moral, entendiendo nuestra responsabilidad de ayudar a los demás.
El estoicismo ha perdurado por siglos debido a su enfoque práctico y realista sobre la vida y los desafíos que enfrentamos. Pero las lecciones estoicas también son fuente de inspiración para líderes y pueden ser valiosas en el contexto de las organizaciones, ofreciendo herramientas para gestionar el estrés, tomar decisiones con sabiduría y liderar con integridad.
La práctica de la resiliencia, es decir, desarrollar la capacidad de adaptarse y recuperarse de las adversidades, es de gran utilidad en el entorno empresarial, para estar preparados para los cambios y desafíos inesperados, y verlos como oportunidades para aprender y crecer. Fomentar la ética y la integridad, pilares del estoicismo, nos conmina a adoptar valores y actuar de acuerdo con principios morales sólidos, lo que construye confianza.
También debemos estar preparados para aceptar que el éxito y el fracaso son parte natural de la vida y de los negocios, lo que nos facilita adaptarnos a los cambios y ser más flexibles.
El estoicismo nos enseña la importancia de la empatía y fomenta el apoyo mutuo. Hacer el bien y ayudar los demás serán factores claves que nos llevarán a ser más felices.
Entonces está en nuestras manos, reducir la ansiedad y la excesiva preocupación por el futuro, vivir el presente, evitar que la mente divague en imágenes de lo que talvez nunca sucederá, para que logremos enfrentar la adversidad con mucha más calma, analizarla racionalmente, tomar las medidas y anticiparnos de manera más inteligente y sosegada.
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