Cali: anfitriona de la COP16

Mañana lunes comienza en Cali la COP16, reunión de los 196 países que han ratificado el Convenio sobre Diversidad Biológica de 1992. Son alrededor de 15 mil delegados de Gobiernos, organismos multilaterales, medios de comunicación, empresas multinacionales, ONG y centros académicos globales, incluidos más de 100 ministros y algunos jefes de Estado confirmados en la lista de huéspedes ilustres de nuestra ciudad.

Para el mundo, que esta cumbre se realice en América Latina, donde están seis de los países más biodiversos del planeta, es una oportunidad de reforzar mensajes y reencauzar la voluntad política para que cada país cumpla las obligaciones asumidas en los campos críticos de la protección y recuperación de la naturaleza.

Desde que el Convenio entró en vigor, las COP de Biodiversidad fueron al comienzo anuales –las primeras se realizaron en Bahamas (1994) e Indonesia (1995) – y posteriormente se convocan cada dos años. En la COP15 de Montreal (Canadá) se adoptó en 2022 un Marco Mundial con 23 metas globales que debemos lograr para 2030. Esas metas incluyen asegurar que el 30 % de los ecosistemas terrestres y aguas continentales y costeras del mundo sean zonas protegidas. Así mismo, nuevas medidas para controlar el tráfico ilícito y detener la extinción de especies, restaurar ecosistemas intervenidos, reducir la contaminación, usar sosteniblemente los recursos naturales y garantizar una participación razonable e inclusiva en estas acciones.

En la COP de Cali se medirá el progreso de ese Marco Mundial y se negociarán cerca de 20 decisiones sobre sus distintos temas. Es un momento esperanzador, pero lo cierto es que muchos países están lejos de cumplir los objetivos a los que se comprometieron en Montreal. El reto en Cali es avanzar en asuntos difíciles como los mecanismos para movilizar financiación internacional para la conservación y restauración de la biodiversidad hacia países en desarrollo y con mayor diversidad natural; así mismo, las negociaciones para que los beneficios obtenidos por usar los recursos genéticos de la biodiversidad se compartan entre los países. Un progreso en estos temas será un logro fundamental.

Para Colombia y Cali la COP trae otros impactos positivos. La visibilidad internacional de estos 12 días refuerza nuestro reconocimiento como Nación que por varias décadas ha liderado la agenda mundial ambiental. Se ha fortalecido la conciencia sobre nuestra condición de país mega biodiverso y esto es decisivo para mejorar la actitud de los colombianos frente a la riqueza natural y para continuar gestionando cooperación internacional para proyectos internos. Para Cali, las mejoras en infraestructura urbana y embellecimiento de la urbe benefician la vida cotidiana de los habitantes.

El movimiento económico derivado de la cumbre es un respiro para sectores hoteleros y de comercio. Los caleños y visitantes podrán participar en actividades culturales y académicas en la Zona Verde ubicada en el Bulevar del Río y alrededores, y en las rutas extendidas en el polideportivo Los Almendros, el Bulevar de Oriente y canchas Panamericanas donde se promoverá educación ambiental y se incentiva el aporte de la comunidad. Hay que resaltar que la sociedad civil, los jóvenes, los voluntarios y los sectores público y privado han unido esfuerzos para cumplir con esta cita mundial y esto ha generado renovado sentido de pertenencia y satisfacción entre los caleños.

También hay que ser conscientes de que organizar un encuentro de esta envergadura no es fácil. Nuestras autoridades deberán asegurar la movilidad, la seguridad y la coordinación de actividades numerosas y simultáneas. Como en todo evento mundial hay riesgo de que las expectativas no se cumplan en su totalidad, pero la COP 16 representa una oportunidad magnífica para que Cali demuestre nuevamente que es capaz de organizar eventos de impacto global, maximizar los frutos y minimizar los inconvenientes. Tengo la certeza que Cali enviará un mensaje poderoso sobre la importancia de la conservación de la biodiversidad y la necesidad de unir al mundo en torno a acciones concretas para proteger los ecosistemas que son vitales para el planeta y la propia subsistencia humana.