Cali, volver a ser grande

La COP16 le ha salido bien a Cali. Ha servido para muchas cosas, como poner a Cali a sonar mediáticamente a nivel mundial; para que miles de extranjeros la caminen, la disfruten, la oigan, la bailen, la degusten, en fin… y se regresen con el mejor recuerdo de nuestra ciudad. Ha servido para que el comercio en general se mueva duro; desde los estands que se ubicaron para tal fin, así como los restaurantes, hoteles, sin dejar por fuera los puestos de venta informal. Ha servido para volver a ser cívicos y amables. El domingo caminé con mi familia por la Zona Verde, en el Bulevar del Río, y no le cabía un alma, pero todo el mundo en lo suyo, respetuoso y amable. Y así ha sido todos los días, todos volcados a atender bien al visitante; desde el taxista hasta el dueño del hotel.

La ciudad está mucho más bonita, está más limpia; se pintaron los puentes y los muros, de los cuales la gran mayoría tenían leyendas agresivas. Se taparon huecos, se demarcaron las calles. Se terminaron parques y centros de innovación que estaban embolatados. Ha aumentado el pie de fuerza y aunque hoy tenemos, de lejos, más policías y ejército por la COP que lo que usualmente tiene la ciudad, el reto es lograr que nos dejen un número importante de ellos.

Cali en estos meses ha venido recuperando su autoestima y la COP lo reforzó. Lo cierto es que el objetivo de todos, empezando por la administración, es que Cali se mantenga así: amable, bonita, limpia, segura, próspera.

Cali puede volver a ser grande. Regresamos a los escenarios internacionales y nos ven con otros ojos, no solo en nuestro país, sino por fuera. Seguro vamos a ser ejemplo, por la organización, pero especialmente por la pujanza y la alegría de nuestra gente. La COP es un evento de discusión profunda y difícil, pensado para los que asisten, que normalmente es a puerta cerrada. La COP se abrió, se les abrió a todos los que nos visitaron, a todos los que vivimos en Cali. Creo que será un buen ejemplo para que la ONU lo asuma como una futura nueva práctica en el diseño de las próximas cumbres.

Los caleños hoy nos sentimos diferentes, sabemos que podemos más y que la ciudad y sus habitantes estamos para grandes cosas. El reto es colosal, ahora no podemos bajar la vara, por ningún motivo.

Necesitamos recuperar la malla vial, por lo menos 800 de los 1600 kilómetros que están hoy deteriorados. Terminar la Circunvalar, invertir en la Cañasgordas, hacer la Vuelta a Occidente. Debemos cerrar el ciclo de las megaobras, hay que terminar cuatro de ellas, que son las que todavía se pueden hacer. El Tren de Cercanías es clave para el futuro de la región. Debemos aumentar las becas escolares y el bilingüismo; sin buena educación, difícil. Debemos crear más espacios para el goce de nuestra gente; hay que seguir con los parques, terminar de adecuar todos los bulevares, reformar el centro y hacer una renovación urbana.

Todo esto y otras cosas más, que seguro se me quedan por fuera del listado, son el gran esfuerzo que tiene que hacer la ciudad para ponerse al día, pero también para buscar nuevamente su grandeza.

Crecer y recuperar la grandeza de la ciudad cuesta, y mucho; para ello hay que invertir y hacerlo también en grande. Es por eso que el alcalde está hablando de pedir un crédito, uno importante, de $3,5 billones. Uno que, como él lo ha venido demostrando, se invierta bien, y que las obras se terminen a tiempo y sin sobrecostos.