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Mauricio Cabrera Galvis

Opinión

Canje de deuda por naturaleza

En general un canje es útil para un país cuando le disminuye el valor de la deuda y por ende los recursos dedicados al servicio de la misma.

30 de julio de 2023 Por: Mauricio Cabrera Galvis

El canje de deuda por naturaleza significa la posibilidad de que los países en desarrollo puedan destinar a acciones contra el cambio climático recursos que hoy dedican al pago de su deuda externa, es una de las propuestas que más está recibiendo atención en los foros internacionales. Los ejemplos exitosos de Ecuador y Belice que en el último año han realizado este tipo de canjes, se citan como los modelos a seguir.

En general un canje es útil para un país cuando le disminuye el valor de la deuda y por ende los recursos dedicados al servicio de la misma, de manera que los pueda usar en programas de conservación de la naturaleza. Para ello es necesario que los acreedores estén dispuestos a conceder un descuento significativo sobre el valor de sus créditos. La entidades multilaterales rechazan por principio conceder descuento sobre el valor de sus créditos, y por eso no se han realizado canjes con ellas.

Cuando se trata de una canje de deuda con bancos comerciales o con tenedores de bonos emitidos en el mercado internacional es casi imposible que estos acreedores privados den ese tipo de descuentos de manera voluntaria, así las cosas solo se pueden hacer cuando el mercado es el que impone el descuento, es decir, cuando la percepción del riesgo de incumplimiento del deudor lleva a que haya acreedores dispuestos a vender sus créditos por un valor menor.

Belice es un pequeño país sobre endeudado, con una deuda pública externa que equivale alrededor del 60% del PIB, que tiene dificultades fiscales para repagar capital e intereses. De otra parte en su costa tiene 270 km de barrera coralina que es una de las reservas marinas de mayor biodiversidad en el mundo. Por su misma situación fiscal, Belice no tenía suficientes recursos para proteger este frágil ecosistema.

El canje de deuda se hizo así: la ONG The Nature Conservancy emitió un nuevo “bono azul” por US$ 364 millones, garantizado por una agencia del gobierno de Estados Unidos (DFC) y se los prestó al gobierno de Belice para que recomprara bonos por US$ 553 millones con un descuento del 45%. Con la reducción del servicio de la deuda Belice se comprometió a invertir USD 84 millones en los próximos 20 años en la protección de la barrera coralina.

El caso de Ecuador es similar, pero de mayores dimensiones. También se trata de un país con riesgo de incumplimiento en el servicio de la deuda externa, y sin recursos para proteger la reserva de las Islas Galápagos.

El gobierno ecuatoriano emitió unos nuevos “Bonos marinos de Galápagos” por valor de USD 656 millones, los cuales fueron comprados por una entidad creada en Irlanda con el respaldo del banco Credit Suisse, con una garantía del BID por US$85 millones y además tuvo un seguro de riesgo político de la misma DFC por el valor total de la emisión. Con estos recursos el gobierno ecuatoriano recompró sus bonos comerciales por valor de US $ 1.628 millones, con un descuento del 60%. En contrapartida, el gobierno se comprometió a invertir US $ 450 millones en los próximos 20 años para fortalecer las áreas protegidas de Galápagos.

En una próxima columna analizaré la posibilidad de realizar operaciones similares en el caso de Colombia, así como otras alternativas que tiene el país para obtener recursos para programas de protección ambiental.

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