Columnistas
¿Cercanías o lejanías?
No he podido encontrar en qué mejorará la movilidad de los caleños un proyecto cuyo fin es facilitarles el acceso a Cali a quienes viven en ciudades vecinas y no pagan impuestos aquí.
Lamentablemente, no he podido encontrar quién me explique cómo es que el tan mentado ‘Tren de Cercanías’ va a arreglar los tremendos problemas de movilidad que diariamente enfrentan los caleños.
¿Se espera acaso que, gracias al Tren de Cercanías, quien tiene que desplazarse de Montebello a la Plaza de Cayzedo y volver, lo haga con mayor rapidez y comodidad? ¿O del barrio El Lido a Granada? ¿O de algún barrio de Aguablanca a Santa Teresita o Santa Rita? ¿O del Centenario a la plaza de Santa Helena? ¿O de Alfonso López a la Universidad Libre? ¿O de Siloé a El Poblado? ¿O de dónde a dónde? La verdad, no es fácil imaginar cómo debe querer desplazarse un caleño para beneficiarse de esa magna y señalada obra.
Tampoco encuentro fácil imaginar que la construcción de este tren vaya a resultar económica -o aún viable-, dado que, hasta donde se sabe, se pretende construir en el corredor que ocupara la carrilera del Ferrocarril del Pacífico, buena parte del cual se encuentra invadido desde hace décadas. Y en el caso dudoso de lograr recuperar esos terrenos, se trataría entonces de un tren de superficie que partiría la ciudad en dos, lo que generaría la necesidad de construir innumerables puentes viales sobre él, para permitir el libre tránsito entre el oriente y el occidente de la ciudad.
En cuanto a las redes de transporte público necesarias para atender a los teóricos pasajeros del tren, el hecho es que en Cali estas ni existen ni es previsible que existan. Evidentemente, la solución no está por el lado del MÍO, un sistema que fracasó por mal diseño y peor implementación y que es simplemente un barril sin fondo que se chupa los impuestos de los caleños. Y si no se ha podido manejar lo que hoy hay, ¿se podrá manejar la complejidad adicional de recoger y volver a llevar a pasajeros llegados de otros municipios? Pareciera que los pasajeros del tal tren tendrían que continuar sus trayectos hasta sus destinos finales en ‘motorratón’.
Quizás por tener el vicio de asumir posiciones con base en hechos y datos, no he podido encontrar en qué mejorará la movilidad de los caleños un proyecto cuyo fin es facilitarles el acceso a Cali a quienes viven en ciudades vecinas y no pagan impuestos aquí. No me es claro que con ese tren se disminuya el tiempo que los caleños debemos gastar para movilizarnos dentro de la ciudad. Y me preocupa que, al contrario, al destinarle a ese proyecto los gigantescos recursos que requeriría, estaríamos limitando y posiblemente eliminando la capacidad del municipio para invertir en las mejoras y ampliaciones en la infraestructura vial requeridas para atender el problema real de movilidad en el casco urbano.
Cali necesita urgentemente la construcción de ocho o diez intersecciones a desnivel que facilitarían enormemente la circulación y agilizarían realmente los desplazamientos de sus habitantes. Esto, además de una reparación extensiva de su malla vial que, aparte de tener mucho más del 55% oficialmente reconocido en mal estado, tiene inservibles algunas de sus principales arterias, como, por ejemplo, la avenida Vázquez Cobo. Al bloquear la recuperación de la malla vial, este quimérico proyecto, de hecho, aumentaría los tiempos de transporte entre los distintos puntos de la ciudad. Realmente, mientras no haya mucha mayor claridad, pareciera que el ‘Tren de Cercanías’ conducirá a mayores lejanías para los caleños.
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