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Colombia: cada vez más adulta
Desafíos primero en lo pensional, para no privilegiar modelos de prima media (Como Colpensiones), que evidentemente son insostenibles hoy y peor mañana.
¡Los datos son contundentes! Los nacimientos se redujeron en Colombia en un 43% en los últimos diez años con especial impacto en Antioquia, Valle y Bolívar y simultáneamente la expectativa de vida creció diez años. Por eso en los próximos siete años la mayoría de la población será entre los 35 y los 50 años, con tendencia al envejecimiento. Nada raro será que muchos de los que me están leyendo vivan más de 100 años.
Pensando en respuestas, la historia de la humanidad encuentra que los incentivos gubernamentales no siempre producen resultados, pues hay fuerzas culturales, sociales y económicas que reducen el interés por los hijos. Incluso la desesperanza en el futuro de país y de sociedad o el desconocimiento del valor de la familia, suelen ser factores que motivan menores tasas de natalidad.
Esta nueva realidad, supone una buena batería de propuestas para enfrentar los desafíos que de allí se derivan. Desafíos primero en lo pensional, para no privilegiar modelos de prima media (Como Colpensiones), que evidentemente son insostenibles hoy y peor mañana. Modelos que, para ser sostenibles, necesitan modificar en la regulación la edad de jubilación o el monto de aportes de los jóvenes, a menos que la sociedad se aguante mínimo tres reformas tributarias promedio en un solo año.
Sin embargo, con criterio populista, tristemente nada de esto se discutió en la última reforma pensional, aprobando un proyecto de ley inviable, que requerirá otra reforma pensional para arreglar lo que esta no fue capaz de hacer.
Desafíos en materia de salud o educación, para atender asertivamente un nuevo tipo de población, que supone no sólo cambios en la demanda, sino en la oferta de servicios. Algo similar a lo que sucederá en otros mercados de bienes y servicios. Desafíos en la regulación laboral, por desabastecimiento laboral o disrupciones en el mercado de trabajo.
Tristemente nuestro Congreso ha preferido en el debate legislativo quedarse en un modelo prehistórico, que nada tiene que ver con este cambio poblacional, ni con las nuevas realidades tecnológicas, ni con el nuevo mercado laboral. Esto significa la urgencia de un modelo laboral más flexible y diverso. Desafíos tributarios y económicos por una disminución de la población económicamente activa o en el ahorro, lo que podría reducir la capacidad para financiar inversión social y productiva y obliga a recomponer la estructura tributaria y a elevar la productividad de la economía.
Desafíos en nuevas estrategias de atracción de migrantes o en propuestas de deslocalización de poblaciones más jóvenes de territorios del país aún con tasas de fertilidad más altas, como la Orinoquía, la Amazonía, Tolima o Cundinamarca. Desafíos para implementar políticas públicas que aprovechen el total del potencial humano de nuestras poblaciones menos favorecidas, por la vía de más oportunidades en educación, emprendimiento o empleo.
O finalmente, desafíos en el uso de inteligencia artificial para enfrentar una sociedad más envejecida o con posibilidades de crecer. No hacer nada, como dice Elon Musk, podría ser un gran riesgo para la civilización.
Una solución final es también construir con esperanza el futuro, pues está comprobado que el optimismo suele ser más efectivo que las ideas de subsidios monetarios para aumentar la natalidad.