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En 2022, el sector farmacéutico registró una producción bruta de 10,68 billones de pesos, equivalente al 2,5 por ciento de la industria nacional, según datos del DANE.
Pero pese a que las cifras de crecimiento son mejores que las nacionales -Colombia creció 2,1%, en el segundo trimestre del año-, estas no son suficientes para que más caleños tengan un mayor bienestar. | Foto: Getty Images

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Crecimiento y empleo

Hay que hacer una apuesta por la región, y muchos empresarios de Cali y el Valle del Cauca siguen comprometidos con ello.

2 de octubre de 2024 Por: Editorial

La economía caleña ha dado algunos síntomas de reactivación en lo corrido del año. En el primer trimestre creció 2,6%, de acuerdo con los datos del IMAE (Indicador Mensual de Actividad Económica) que mide la Universidad Javeriana y en el segundo trimestre el repunte fue de 2,9%. Los datos son alentadores, teniendo en cuenta que aún hay una marcada desaceleración en el país, en especial de sectores claves para el empleo como son la industria, el comercio y la construcción.

Pero pese a que las cifras de crecimiento son mejores que las nacionales -Colombia creció 2,1%, en el segundo trimestre del año-, estas no son suficientes para que más caleños tengan un mayor bienestar. Incluso, aún no se llega a las tasas de crecimiento promedio históricas de la ciudad (3,4%).

Esto indica que es necesario que tanto el sector público como el privado en la región hagan un esfuerzo para concretar sus nuevos proyectos de inversión. En ese sentido, la reciente decisión del Banco de la República, de reducir sus tasas de interés, puede ayudar al despegue de los mismos.

Hay que hacer una apuesta por la región, y muchos empresarios de Cali y el Valle del Cauca siguen comprometidos con ello. Sin embargo, se requiere un esfuerzo adicional y no bajar el optimismo y la confianza en momentos cruciales como el actual. Si Cali vuelve a crecer a un ritmo de 3,4%, como mínimo, es posible cambiar uno de los problemas que aqueja a muchos hogares como es el desempleo.

Las recientes cifras del Dane sobre mercado laboral deben preocupar porque la ciudad no ha logrado quebrar las cifras de desempleo, que se mantienen en dos dígitos. Para el trimestre junio-agosto de 2024, la tasa de desocupación fue de 11,2% y la tasa de desempleo juvenil de 18,1%.

Pero adicionalmente, la fuerza de trabajo de la ciudad está disminuyendo, lo que indica un desplazamiento de personas hacia la inactividad laboral. Esto implica una menor producción y menores ingresos para las familias.

La dinámica de creación de puestos de trabajo se contrajo en el último trimestre y desde octubre del 2023 registra variaciones anuales negativas. Esto no le conviene a una ciudad, que es la cuarta más competitividad del país, y que necesita que sectores como la construcción y la industria vuelvan a crecer de manera significativa. Porque aunque la realización de la COP16 seguramente ayudará a paliar la situación, su efecto será transitorio.

Bien por el repunte económico que se ha dado hasta ahora en la ciudad, pero este no es suficiente y se requiere que la Alcaldía de Cali, en la medida de lo posible, haga un mayor esfuerzo en inversión pública y cree condiciones que faciliten el desarrollo de proyectos privados.

Por su parte, el empresariado local ha dado muestras de articulación y mayor compromiso con las comunidades; este esfuerzo no debe parar y, por el contrario, debe multiplicarse en ese propósito de tener empresas sanas y comunidades desarrolladas.

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