El contrato mañoso de los 7 mil millones

El secretario de gobierno, Andrés Stapper, trajo a la Alcaldía de Alejandro Eder las mañas de los contratos que usan los funcionarios públicos en Bogotá para gastar recursos sin vigilancia. Se trata de los famosos convenios interadministrativos que se usan de mampara para ejecutar recursos libremente, sin licitaciones ni cotizaciones, bajo la figura de operadores logísticos. Esta es la modalidad escogida por el Secretario de Gobierno de Cali para firmar un contrato por más de $ 7 mil millones, extrañamente, con un pequeñísimo canal regional de televisión, Teveandina. Una plata escasa, según lo pregonado por el alcalde Eder, que puede terminar feriada.

Teveandina / Canal 13, apéndice de MinTic, es uno de los tantos canales, este de Boyacá, que nacieron en el gobierno Betancur, como Empresa Industrial y Comercial del Estado, con la laxitud para poder contratar discrecionalmente. Esto hizo que los canales se fueran desnaturalizando y ahora la mayoría los aprovechan, como hizo Stapper, como operadores logísticos, léase empresas de fachada a través de las cuales subcontratan con terceros, haciéndole el quite a la Ley 80, el estatuto de contratación pública.

Una típica maña, aunque legal, que tomó forma con Teveandina/ Canal 13 que terminó ganándole a la segunda opción, Canal Tro (Televisión Regional del Oriente) de Santander, otro igualmente precario operador logístico, por ofertar un menor costo administrativo por el servicio, que fluctúa entre el 5 y el 10 % sobre el valor total del contrato.

Lo cierto es que Stapper le entregó este millonario desembolso a una seudo productora de televisión, como lo confirma el objeto del contrato tan impreciso como confuso: satisfacer las necesidades del contratante (Secretaría de Gobierno) en el ámbito logístico, tecnológico y de investigación comunitaria (¿desde Bogotá?). Canal 13 se dedica a series juveniles, infantiles, concursos y transmitir enlatados a tutiplén y tiene como gerente a alguien sin trayectoria alguna en temas de comunicación y sus derivados. Se trata de John Alejandro Linares Camberos, un político menor del Partido de la U, que llegó al cargo en noviembre del 2022, nombrado por su copartidaria la efímera MinTic, Sandra Urrutia, y lo ha sostenido el ministro Mauricio Lizcano, con raíces políticas en la U. En su trayectoria resalta una breve palomita en la Cámara y haber sido alcalde del municipio de Topaipí, Cundinamarca en el 2012.

Ni Linares ni su pequeño equipo tiene experiencia alguna en estrategias de comunicaciones ni manejo de data, ni de tecnología, ni mediciones de opinión pública, menos de investigación comunitaria -basta ver su precaria página web-, con lo cual está claro que tercerizarán los servicios contratados sin que los caleños sepamos quienes son los ejecutores.

Fatalmente, Andrés Stapper replicó las prácticas que probó en la Agencia de Reintegración donde se conoció con Alejandro Eder. Conocedor, como buen abogado, de los vericuetos jurídicos de la ley para ejecutar recursos públicos con pragmatismo y sin el radar de los entes de control, embarcó a Cali en este millonario contrato sin transparencia. Si algo debía hacer el Secretario de Gobierno es volver público cada peso que gasten los terceros contratados por Canal 13 para que no nos metan gato por liebre. Ojo alcalde Eder que usted viene de presentar el Libro Blanco de la gestión de Ospina, lleno de lecciones de corrupción encubiertas de legalidad.