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El intérprete de Gustavo Petro
Su nombre es José Daniel Baquero Lancheros y es, además de intérprete de lengua de señas de la Presidencia, abogado.
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El día del intérprete de Gustavo Petro comienza a las 5:30 de la mañana. A esa hora ya tiene el radio encendido para empaparse de las noticias que tienen que ver con el presidente y de lo que se está hablando en Colombia, “porque el presidente habla de lo que se está hablando”.
Después, el intérprete de Petro se dirige a su oficina en la Casa de Nariño, y conversa con los periodistas para seguir informándose de los acontecimientos del día. De esta manera, cuando debe hacer la preparación de su servicio –ser el intérprete en la lengua de señas de las alocuciones del presidente– ya tiene un contexto amplio de lo que Petro dice.
Su nombre es José Daniel Baquero Lancheros y es, además de intérprete de lengua de señas de la Presidencia, abogado. Nació en 1997 en Bogotá, aunque se considera un boyacense más. Se crió en el municipio de Chiquinquirá.
Cuando el presidente Gustavo Petro decidió transmitir por todos los canales de televisión nacional el que resultó siendo un polémico y revelador consejo de ministros, José Daniel se hizo más famoso de lo que ya era.
En X, antes Twitter, no fueron pocos los colombianos que mostraron su admiración por el esfuerzo, sus contorsiones, para intentar interpretarle a las comunidades sordas el ambiente a veces tenso, otras triste, que se vivió en esa mesa. Aunque por salud ocupacional los intérpretes de señas no pueden hacer su servicio por más de una hora de corrido, aquella noche José Daniel lo hizo durante una hora y 52 minutos. “Quedé valiendo nada”, cuenta.
José Daniel tenía 4 años cuando vio, por primera vez, un intérprete de señas en la televisión, en un discurso del presidente Andrés Pastrana. Él le preguntó a su mamá qué era lo que hacía ese señor que estaba en la parte inferior de la pantalla y ella no supo responder. Más adelante, como sus padres asisten a una organización religiosa, lo entendió todo.
En esa organización se dictaban programas de formación en lengua de señas y él sintió curiosidad por aprender. Muy pronto, se convirtió en el intérprete -voluntario- de las actividades religiosas. “Desde muy pequeño estuve muy unido a la comunidad sorda, cuando empecé a crecer 13, 14 años, las comunidades sordas querían tener su propia asociación y yo los acompañaba en la interpretación”.
A la Casa de Nariño llegó, casi, por accidente. En 2019, José Daniel viajó a Bogotá para trabajar en el Congreso, como intérprete. Estando allí llegó la pandemia del Covid, y presentó su hoja de vida al Canal Institucional, la RTCV, donde lo seleccionaron. En esas, el intérprete de la Casa de Nariño se enfermó y le pidieron que lo reemplazara, hasta hoy.
Es decir que ha sido el intérprete del presidente Iván Duque, y ahora de Gustavo Petro, a quien hace unos días se lo encontró en un pasillo y José Daniel le dijo: “soy el colombiano que más ha escuchado sus discursos, 1200″.
El famoso consejo de ministros televisado ha sido sin duda uno de sus más grandes retos. El presidente tomó la decisión de transmitirlo apenas una hora antes. Mientras bajaba la orden, José Daniel se enteró faltado 20 minutos. Cuando hay transmisiones largas, siempre se solicita apoyo de otros intérpretes. Sin embargo, por la premura, ninguno estaba disponible.
“En ese momento del consejo yo no estaba concentrado tanto en el contexto político, ni en el trasfondo de lo que estaban diciendo, sino que trataba de determinar cómo hacer para que las frases que se estuvieran diciendo fueran claras para las comunidades sordas. Por eso mis gestos y contorsiones. Cuando se hace un servicio de interpretación no solo se interpreta la literalidad, sino que se va más allá. Por ejemplo, cuando la exministra Susana Muhammad se enterneció, yo trataba de que se viera que estaba triste, o cuando la Vicepresidenta hizo la intervención yo también estaba enojado. Se llama marcar las señas, con fuerza”.
Con un presidente metafórico, como Petro, lo que hace José Daniel es interpretar el contexto de lo que quiere decir el mandatario, no la literalidad de las frases. En lengua de señas es casi imposible darle sentido a expresiones como “expandir el virus de la vida por las estrellas del universo”. El intérprete traduce el contexto de aquello e intenta mantener lo poético que busca transmitir el presidente.
José Daniel no lo duda. Su trabajo se lo debe a las luchas de las comunidades sordas en el país, que han abierto espacios que garanticen la democracia. “Se los debo todo”. Antes de iniciar las alocuciones, el intérprete de Petro siempre está nervioso. “Tengo una responsabilidad grande”.
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