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Poner y no colocar

El castellano, como todos los idiomas, evoluciona e incorpora nuevas palabras, acepciones...

25 de noviembre de 2015 Por: Emilio Sardi

El castellano, como todos los idiomas, evoluciona e incorpora nuevas palabras, acepciones y giros, al tiempo que abandona expresiones que caen en desuso. Esto es natural y no tiene nada de malo. Lo malo es cuando en ese proceso evolutivo se aceptan modas sin sentido, con las que se puede llegar hasta el ridículo. El abuso que se está dando en Colombia con el verbo colocar es un caso en punto.A algún genio se le ocurrió decir que “las gallinas son las únicas que ponen”, y ahí fue Troya. Buscando una pretendida elegancia en el hablar y quizás por temor de ser confundidos con las gallinas, los colombianos empezaron a remplazar el verbo poner con colocar. Craso error, pues el Drae tiene sólo seis acepciones para este último: “1- Poner a alguien o algo en su debido lugar; 2- Invertir dinero; 3- Acomodar a alguien, poniéndolo en algún estado o empleo; 4- Encontrar mercado para algún producto; 5- Dicho del alcohol o de una droga, causar un estado eufórico a alguien, y 6- Dicho de una persona, ponerse bajo los efectos del alcohol o de una droga”. Cualquier otro uso es incorrecto e indebido.Y a usarlo mal se han dedicado los colombianos, continuamente utilizando giros del verbo colocar totalmente erróneos en remplazo del verbo poner, el cual es mucho más rico y universal. Es común entonces oír a alguien decir que se va a “colocar” un saco porque está haciendo frío, o que va a “colocar” su canal de televisión favorito, o que va a “colocar” en aprietos al profesor con una pregunta difícil. Y al revisar las 44 acepciones del verbo poner, es fácil imaginar las joyas que nos esperan.Las ideas no se pondrán por escrito sino que se “colocarán” por escrito. Las cosas no se pondrán a disposición de quien las va a usar sino que se “colocarán” a su disposición. Y en vez de decir “pongamos que tal cosa suceda”, no faltará quien diga “coloquemos” que eso suceda. Ya nadie pondrá un negocio sino que lo “colocará”, y pronto a nadie le pondrán un apodo sino que se lo “colocarán”. Y por supuesto, nadie se pondrá rojo de vergüenza ni se pondrá de mal humor, porque la gente empezará a “colocarse” roja o de mal humor.La gente no pondrá el radio sino que lo “colocará”. En vez de poner a alguien a desempeñar una labor, se le “colocarᔠa ello. Y nadie pondrá de su parte lo necesario para que algo salga adelante sino que “colocarᔠde su parte. Nada se pondrá en duda sino que se “colocarᔠen duda, y no podremos ponernos a trabajar sino que nos “colocaremos” a hacerlo. No está distante el día en que digan que el sol no se pone tras los Farallones sino que se “coloca”, y roguemos que los políticos no “antecoloquen” sus intereses al interés general ni “poscoloquen” las acciones que sean benéficas para la ciudad. Y obviamente, muy pronto las muchachas no les pondrán bolas a sus pretendientes sino que se las colocarán.En verdad, ya me estoy poniendo (¿o dirán “colocando”?) mosca. Este uso torpe del verbo colocar lejos de enriquecer nuestro idioma lo está empobreciendo y haciendo confuso. Por eso, invito a quienes por azar lean esta columna a que me acompañen en la promoción del buen uso del castellano. La receta es simple: el verbo poner se puede y debe usar en prácticamente todo momento, mientras que el verbo colocar se debe limitar a las acepciones aquí relacionadas. Debemos poner al verbo colocar en su lugar, para poner a los colombianos a hablar bien.

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