Columnistas
¡Eureka!
“Lo que no tenemos, lo que no somos, lo que nos falta, he aquí los objetos del deseo y del amor”.
Irene Vallejo, en su pertinente, ameno e interesante nuevo libro: Alguien habló de nosotros, 2023, dedicado “A los profesores de Humanidades, que, en la estela de Ulises, nos protegen de los lotófagos [de ciertos pueblos que habitaban en la costa septentrional de África] y el olvido”, cita varias veces, en sus 142 temas, cada uno de ellos de una página, a los tres más memorables filósofos de la antigüedad griega; y recuerda que Quinto Horacio Flaco (Venosa, c 65 a.EC. – 8 a.E.C., Roma) poeta lírico y satírico, que deseaba que lo que él quería, lo fuera de una perfección absoluta, dijo que “el que empieza está ya a medio camino”; pero en lugar de saltarse la mitad del libro léalo, página por pçagina, según sus inquietudes o preferencias.
La Antigua Grecia fue un período especialmente prolífico para la cultura y la filosofía; y la historia del pensamiento occidental no se explica sin tener en cuenta a los grandes pensadores griegos, y cada vez que uno se los encuentra en un texto no queda otra que exclamar ¡Eureka!, la famosa interjección atribuida al matemático griego Arquímedes (Siracusa, c. 287 a. E.C. - c. 212 a.E.C.) todavía utilizada en el siglo XXI, por personas cultas o no tanto, para la celebración de un descubrimiento, hallazgo o alcance de algo que se busca con afán; y no sobra recordar que su descubrimiento fue que la fuerza de flotación que se genera cuando un cuerpo se sumerge en fluido, parcial o totalmente, actúa perpendicularmente a su superficie, y que salió de su tina desnudo para correr por las calles de Siracusa y gritando ¡Eureka!.
Sócrates (Alopece 469 a.E.C. - 399 a.E.C. Alopece) considerado como uno de los más grandes filósofos, tanto de la filosofía occidental como de la universal, dijo su hoy muy pertinente: “Solo sé que nada sé” y por eso nunca se cansó de interrogar y cuestionar, pero no publicó nada.
Platón (Atenas o Egina, c. 427 a. E.C. - 347 a. E.C. Atenas) quien pese a que fundó la Academia de Atenas, la que continuaría a lo largo de más de novecientos años y a la que Aristóteles acudiría a estudiar filosofía dijo que: “Es el olvido lo que producirán las letras en quienes las aprendan, al descuidar la memoria, ya que, fiándose de los libros, llegaran al recuerdo desde afuera” pese a lo cual lo dejó por escrito; y también dijo que: “lo que no tenemos, lo que no somos, lo que nos falta, he aquí los objetos del deseo y del amor”.
Aristóteles (Estagira 384 a.E.C.-322ª. E.C., Calsis) junto con Platón padre de la filosofía occidental, y cuyas ideas han ejercido una enorme influencia sobre la historia intelectual de Occidente por más de dos milenios, escribió que: “En el principio de toda buena acción está el ocio”, que la demagogia es “la forma corrupta o degenerada de la democracia”, que: “Se gobiernan bien las ciudades donde la clase media en numerosa y más fuerte”, que: “Aprendemos practicando. Practicando la justicia nos hacemos justos y practicando la moderación, moderados, como los constructores construyendo casas, pues construyendo bien serán buenos constructores y construyendo mal, malos. Así nosotros, acostumbrándonos a resistir los peligros, nos hacemos valientes y, una vez que lo somos, seremos más capaces de hacer frente al peligro”.
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