Fue el primero

Ereván, Armenia. No fue Constantino como tradicionalmente se cree sino Tiridates III, el primer rey que convirtió a su territorio en un Reino Cristiano, en el año 301, una década antes que Roma hiciera lo propio. Desde entonces el cristianismo reflejado en la Iglesia Apostólica Armenia, constituye componente esencial de la identidad de este país enclavado en el Cáucaso, exponente de una historia turbulenta y trágica.

Invasores varios pasaron por acá: romanos, árabes, mongoles, persas y rusos. En su apogeo durante el Siglo II el Reino de Armenia ocupaba un territorio con costa en los tres mares: el Mediterráneo, Caspio y Negro. Sin embargo, en estas tierras la historia no perdona y a partir del siglo XVIII el país desapareció, que no la nación, quedando su territorio canibalizado entre Rusia, Persia y el imperio Otomano. A finales de la primera guerra mundial, Armenia recuperó su independencia, que duraría solo dos años hasta la llegada del ejército rojo que la convirtió en la República Socialista de Armenia, parte de la Unión Soviética.

El episodio más trágico de la Historia de los armenios ocurriría durante la Primera Guerra Mundial con las masacres, desplazamiento forzado, encarcelamiento y desaparición de intelectuales, por parte del gobierno turco de la época en un episodio que se conoce como el genocidio armenio y cuyo número de víctimas mortales oscila entre 800 mil y un millón y medio. Este genocidio hace parte central de la narrativa armenia, mientras que Turquía no lo reconoce.

Con la implosión de la Unión Soviética, la República de Armenia obtiene su independencia. No bien habían comenzado su vida independiente, Armenia y Azerbaiyán se enfrascaron en la primera guerra por el enclave armenio de Nagorno-Karabaj, ubicado en el centro de Azerbaiyán. Esta guerra fue ganada ampliamente por los armenios que lograron mantener el enclave y ocupar otros territorios aledaños pertenecientes a Azerbaiyán.

La revancha llegaría para los azerbaiyanos 30 años después en 2020 cuando en una guerra de 44 días Azerbaiyán recuperó casi todo el territorio que había perdido y de no ser por la intervención rusa, hubiera ocupado la totalidad del enclave de Nagorno-Karabaj.

Este conflicto con Azerbaiyán marca la historia de la Armenia independiente y refleja una complejidad geopolítica única en esta región del Cáucaso compuesta por tres países ubicados entre el Mar Caspio y el Mar Negro: los dos mencionados y Georgia que perdió parte de su territorio contra los rusos en la guerra de 2008. Armenia el más prooccidental, con una democracia activa que surgió de las protestas de colores en las exrepúblicas soviéticas, tiene por intereses de supervivencia, sus ‘mejores amigos’ en Irán y Rusia, autocracias radicalmente antioccidentales. El país con tres millones de habitantes cuenta con una influyente diáspora de unos ocho millones, residentes principalmente en Francia, Estados Unidos, Rusia y Australia.

Le geopolítica, exacerbada en grado sumo por la guerra entre Rusia y Ucrania, y los conflictos territoriales e identitarios regionales impiden que el Cáucaso alcance su potencial y se beneficie de su ubicación estratégica en la coyuntura entre Asia y Europa. Acá meten las manos todos: Rusia que se beneficia de la guerra entre Armenia y Azerbaiyán pues juega de mediador, Turquía aliado incondicional de Azerbaiyán y enemigo histórico de Armenia Irán, amigo de Armenia y enfrentado a Azerbaiyán especialmente por la estrecha relación de este con Israel, Estados Unidos y la Unión Europea que buscan acabar con el conflicto armenio-azerbaiyano y China explotando recursos naturales.

El monte Ararat, donde Noe desembarcó con las especies para repoblar el mundo sirve de centinela a Ereván, aunque paradójica y trágicamente, ubicado al otro lado de la frontera, en Turquía.