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Golpe de realidad

Antonio Gamsci propone la construcción de una nueva hegemonía y la fundación de otro tipo de Estado, mediante una revolución pasiva.

22 de junio de 2023 Por: Helena Palacios

No debe ser nada fácil llevar a la práctica una ideología que por años ha sido faro en la lucha política de un líder, cuando al llegar al poder presidencial se encuentra con realidades que le impiden lograrlo como quisiera, al menos no tan pronto. El conflicto entre las ideas de la izquierda y el sistema democrático que con sus imperfecciones por años respaldó el país, ha generado una crisis propiciada de tiempo atrás si se considera el pensamiento de uno de los referentes del presidente de la República, Gustavo Petro.

Los hilos conductores de una ideología parten de los personajes que la concibieron para bien o para mal, según lo demuestren los hechos inspirados en ella. Al menos dos figuras, no las únicas, resuenan en los procesos y términos políticos del Pacto Histórico y del actual Gobierno: Hugo Chávez Frías, y el muchas veces invocado por este y por Gustavo Petro, filósofo, marxista, sociólogo, periodista, cofundador del partido comunista italiano, Antonio Gramsci (1891-1937).

La teoría de Gramsci se basa en el concepto de la Hegemonía entendida como unidad entre teoría y práctica, un bloque que incluye instituciones políticas y sociedad civil en sus distintos niveles. De acuerdo con su visión es necesario el cambio desde todos los niveles para derrotar el sistema capitalista y alcanzar el del partido, dándole al ideario papel casi protagónico en las expresiones políticas y culturales de la sociedad. Propone la construcción de una nueva hegemonía y la fundación de otro tipo de Estado, mediante una revolución pasiva.

Chávez, en su discurso -luego de no renovar la concesión del Canal de Televisión Rctv en 2007- desarrolla la tesis de Gramsci, y propone el nuevo bloque histórico, advirtiendo que cuando algo está muriendo y algo está naciendo pero no termina de nacer, hay una crisis orgánica, “hasta que nazca plenamente la República Socialista Bolivariana”. Petro se refiere al mismo político en la Conmemoración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas y a la seducción de Latinoamérica por el neoliberalismo, señalando que la contrahegemonía ha venido ganando terreno.

Desde ese avance de la izquierda hay hoy disenso con los estamentos de la sociedad civil como la prensa, intelectuales, instituciones privadas, empresas y otros medios en tanto sean parte de la simbiosis del predominio capitalista, de modo que no son de buen recibo del gobierno y busca poder sobre algunos; hay consenso si se comulga con la nueva ideología.

Sin embargo, la realidad se impone en algunos campos y el Presidente ha nadado en dos aguas, reconociendo a regañadientes el capitalismo y el Congreso por razones incontrastables o absolutamente necesarias. Pero ello no es todo, ni suficiente, porque en el tablero del ajedrez se juega una partida larga.

Otras realidades le enseñan que no es bueno venderle el alma al diablo, que la Nación somos todos, que el descontento crece, que se reclama más gestión que emoción, que hay opiniones serias que deben escucharse, que el muro de Berlín cayó ocasionándole un golpe de realidad semejante al sufrido por la protagonista de ‘Adiós a Lenin’, sin el humor del film alemán.

De otro lado, permanece la incertidumbre ante la reacción en una próxima movida de fichas de un jugador avezado que anuncia asambleas populares y negociaciones de paz con fuerzas ilegales que se imponen en diversos territorios del país.

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