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Los salmos 42 y 63 emplean una metáfora preciosa sobre el amor ya que hablan de tener sed de Dios
Los salmos 42 y 63 emplean una metáfora preciosa sobre el amor ya que hablan de tener sed de Dios. Salmo 42:
“Como anhela la cierva estar junto al arroyo, así mi alma desea, Señor, estar contigo. Sediento estoy de Dios, del Dios de mi vida”.
En este salmo se repite esto: “pon tu confianza en Dios”. ¡Uy! Cuan necesario es confiar en Dios.
En el salmo 63 se lee: “Oh, Dios, tú eres mi Dios, a ti te busco, mi alma tiene sed de ti”. 63.1.
El mismo salmo dice esto que ojalá sea verdad para ti: “Cuando estoy en mi cama pienso en ti y durante la noche en ti medito”. 63,7.
Eso es espiritualidad, es tener a Dios presente con amor, pero no solo un ratico en la mañana y/o en la noche.
No, porque cuando se ama de verdad tienes al ser amado presente durante el día. ¿Así es como amas a Dios?
En mis terapias y mi trato con los demás veo que hacer eso es raro. ¿Tienes sed de Dios? ¿Pones en él tu confianza?
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