Columnistas
Hipocresía y sociedad
La coherencia implica ser fiel a uno mismo, mostrando siempre su verdadero yo ante cualquier actor de la sociedad o entorno en el cual nos desarrollemos.
Como definición a nivel general, la coherencia es la relación lógica entre situaciones, partes o elementos de algo, sin generar contradicciones ni oposiciones entre ellos. En nuestro hablar diario y desprevenido, normalmente hacemos uso de este concepto, para referirnos a la equivalencia entre lo que pensamos, decimos y hacemos. Creo que la coherencia debe concebirse y convertirse en una cualidad fundamental en todos los aspectos de nuestras vidas, desde lo personal, familiar, empresarial, laboral, social, hasta, incluso, lo espiritual.
La coherencia se opone totalmente a la hipocresía, vocablo que proviene del término griego hypókrisis, que significa actuar o representar. En el teatro griego, los actores llevaban máscaras para interpretar diferentes personajes y este término se utilizaba para describir su actuación o representación en el escenario.
No por considerarlas excusas; entre posibles causas de la hipocresía podríamos mencionar algunas, como por ejemplo la presión social, que conduce que a algunas personas sientan la necesidad de encajar en ciertos grupos sociales o cumplir con diversas expectativas de una voraz sociedad de consumo. Igualmente, podríamos mencionar también la inseguridad, que puede llevar a individuos a exagerar ciertas cualidades para impresionar a los demás, al igual que la búsqueda de un beneficio personal, o sencillamente, el temor a la confrontación.
La hipocresía puede generar una serie de consecuencias bastante negativas y nocivas para el individuo y para nuestra sociedad, como por ejemplo la pérdida de confianza, que socava la sinceridad de las relaciones interpersonales que se sienten traicionadas o engañadas. Igualmente, el hipócrita puede llegar a desarrollar una imagen negativa de si mismo, siendo percibido como deshonesto o manipulador. La hipocresía es una importante causa oculta de grandes dificultades emocionales, gracias al estrés que genera la tensión entre una fachada y un verdadero yo.
Considero que la hipocresía es incompatible con la prosperidad, la justicia y el sano desarrollo de una sociedad, de una empresa, de una familia o de cualquier individuo. La búsqueda de la coherencia es un proceso continuo y personal. Con cada pequeño paso que tomemos hacia la autenticidad, hacia la recuperación de nuestros principios y valores naturales como seres humanos en pro de la vida, del bienestar y de la fraternidad, contribuiremos a crear un entorno más honesto, próspero y equitativo en nuestras vidas, familias, empresas, instituciones, ciudades, países y comunidad en general.
Una persona coherente habla con sus acciones, enfrentando los desafíos y asumiendo todos los riesgos que estas conllevan. La coherencia implica ser fiel a uno mismo, mostrando siempre su verdadero yo ante cualquier actor de la sociedad o entorno en el cual nos desarrollemos.
La coherencia alrededor de múltiples aspectos, como lo analizaremos en próximas columnas, genera paz mental, justicia social y tranquilidad inimaginables.
Agradezco el voto de confianza de este prestigioso diario, ícono de nuestra amada Cali, permitiéndome colocar un grano de arena, por medio de esta columna de opinión, en pro de la construcción de una mejor sociedad.