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El poder de las cosas pequeñas

El nombre de Víctor H. Pinzón quedará registrado en la historia como uno de los principales promotores del movimiento cooperativo colombiano.

24 de septiembre de 2021 Por: Juan Esteban Ángel

Hay personas que dejan profundas huellas y enseñanzas en la vida. De esas que uno conoce por un tiempo, pero cuyas palabras y pensamiento marcan para toda la vida.

Eso me pasó con el doctor Víctor H. Pinzón Parra (febrero de 1923- septiembre de 2021) un ser humano ejemplar, realmente digno de conocer y admirar. Su estatura no le hizo justicia a la grandeza de su vida.
Y no lo necesitó, pues si en algo se puede resumir su legado y su filosofía, es en comprender el enorme poder de las cosas pequeñas.

Fue esta una de sus mayores enseñanzas: de pequeñas cosas está hecha la vida. Por eso, tal vez, decidió dejar su brillante carrera como médico pediatra en su momento cumbre, dejar a un lado los libros de cinco años de especialización en Estados Unidos y poner un grano de arena para ayudar a edificar un movimiento que creyó, podría cambiar el mundo: el cooperativismo.

El nombre de Víctor H. Pinzón quedará registrado en la historia como uno de los principales promotores del movimiento cooperativo colombiano. Trasmitió con maestría y enorme pasión la idea que los pequeños ahorros de las personas pueden llevarlas no solo a proveer bienestar y progreso para ellas y sus familias, sino, además, a crear comunidad y ayudar a otros a satisfacer sus necesidades y cumplir sus sueños. A sus 98 años y dueño de una lucidez envidiable, el doctor Pinzón dejó este mundo luego de dedicar más de la mitad de su vida a hacer esta idea realidad con Coomeva, cooperativa que ayudó a crear y fundar en 1964, de la mano de Uriel Estrada (qepd) y otros 25 médicos, y que hoy, por su nivel de ingresos, es el grupo empresarial más importante del suroccidente colombiano y la cooperativa más grande del país.

Un tema de su mayor atención fue el envejecimiento. De hecho, decía que sus años más felices fueron cuando empezaron a llamarlo ‘viejo’. Le preocupaba que todos envejecemos, pero que la sociedad no sabe envejecer. Decía “todos queremos vivir más, pero nadie quiere llegar a viejo. No quiero idealizar la ancianidad, pero sí dignificarla como corresponde”.

Esta preocupación llevó al doctor Pinzón a crear uno de los programas insignes de Coomeva, Vida en Plenitud, que hoy mejora la vida de más de 9000 asociados adultos mayores de la Cooperativa.

A sus 75 años aprendió a jugar Golf, recorría los 18 hoyos como un amateur y con la vitalidad de un joven de 15. También empezó a ganar campeonatos y seguía escribiendo, llenando cada día la lista de sus sueños. No pasó nunca por la experiencia de jubilado. Nunca le quitó años al alma, como decía.

Últimamente estaba empecinado en que una salida viable para que Colombia pudiera encontrar una paz duradera era cooperativizar el campo, como una manera de dignificar al campesino y a la mujer rural, pues en la asociatividad veía la posibilidad de profundizar en la comercialización local e incluso en la exportación, dándole mejores ingresos a los agricultores y llevando equidad al campo. Por otro lado, siempre fue un promotor de la equidad de género, promoviendo la importancia del rol de la mujer en nuestra sociedad.

Siento profundo agradecimiento por haberlo conocido a él, su obra y pensamiento. Por eso esta columna es un homenaje al doctor Víctor H. Pinzón Parra, quien vivió genuinamente de manera solidaria, con la idea probada que, cuando los seres humanos cooperamos, el mundo se hace mejor.
Sigue en Twitter @Juanes_angel

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