Columnistas
Las chamboneadas presidenciales
Chambonada pretender que un honorable magistrado negro no pueda ser conservador. Demostró que lo alimenta un sentimiento racista y clasista.
Chambonada la de no hacer seguimiento estricto a las donaciones de su campaña, como cualquier ejecutivo que se respete hace a las decisiones trascendentes, aquellas que podrían dar al traste con su empresa.
Chambonada nombrar a su hijo Nicolás Petro y a Armando Benedetti como recaudadores de su campaña. A su hijo, aunque no lo crio si debía conocerlo, y a Armando Benedetti lo conocía desde hace mucho tiempo.
Chambonada intervenir a la mayoría de las EPS cuando no le aprobaron su proyecto de ley. Hoy son del Estado y es responsabilidad del gobierno su manejo, lo cual ha disparado las tutelas, las demoras en las citas y se ha generalizado su mal manejo.
Chambonada volver a presentar un nuevo proyecto, en el fondo para estatalizarlas. La misma intensión de su proyecto inicial.
Chambonada hacer evidente sus sentimientos misóginos cuando llamó las ‘muñecas de la mafia’ al referirse a las comunicadoras que estuviesen en desacuerdo con él. Debería contraargumentar en lugar de insultar. Bueno es recordar que fue el presidente quien aceptó que su hermano visitara a los narcotraficantes en busca de votos.
Chambonada pretender que un honorable magistrado negro no pueda ser conservador. Demostró que lo alimenta un sentimiento racista y clasista. Cuando un presidente debe tratar a todos sus ciudadanos por igual. Lo que es peor irrespetó al presidente de la Corte Suprema de Justicia, el máximo poder judicial, junto con la Constitucional, establecidas en nuestra carta máxima que él como Presidente de Colombia juró cumplir.
Chambonada insultar continuamente al sector privado en diversas formas. Ignorar sus aportes a la sociedad y a la economía, entre los que se cuentan todos sus gastos y los del palacio de Nariño, para luego llamarlos a un gran acuerdo nacional.
Chambonada es incitar con arengas vehementes, a la rebelión, mediante manifestaciones callejeras, para oponerse a todas las decisiones que él considere golpistas.
Chambonada es tratar de dividir, creando amigos y enemigos entre los colombianos. Sembrando odios. Calificar a los que gritaron fuera Petro en el partido de futbol en Barranquilla como criminales, en lugar de preguntarse, ¿por qué lo hacen?, y llamarlos a dialogar como propone con los guerrilleros y los narcotraficantes, lo cual sería más sensato, para un presidente que apela constantemente a la concertación, siempre y cuando sea lo que él piensa.
Chambonada es pretender que el Consejo Nacional Electoral incumpla sus deberes constitucionales. Ellos solo verifican que se haya cumplido estrictamente con las normas para la financiación de la campaña. Luego actuará la comisión de acusaciones de la cámara con base en el informe del CNE. Si lo encuentra culpable lo acusará ante la cámara en pleno o lo absolverá como pretende.
Chambonada es hacer público los elementos de inteligencia con que cuenta el gobierno para proteger a la ciudadanía sin medir las consecuencias.
Chambonada la que cometieron quienes votaron por Gustavo. Petro, si conocían sus antecedentes y eran conscientes sus actuaciones cuando estuvo de alcalde de Bogotá.
El gran riesgo que afrontamos los colombianos en los próximos días es que en las decisiones que se tomen existe la posibilidad que las confrontaciones se escalen a niveles de violencia.
‘El que siembra vientos cosecha tempestades’.
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