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Las tensiones en el mar del sur de China
Estos cinco países han empezado a hacer contrapeso a las actuaciones chinas y, aunque a nivel internacional esto debe ser celebrado, en especial en Estados Unidos...
Después de algunos años de calma en el mar del sur de China, como consecuencia del gobierno pro-China en las Filipinas liderado por Rodrigo Duterte entre 2016-2022, las tensiones han vuelto a incrementarse. La llegada al poder de Ferdinand Marcos Jr. cambiaron las políticas marítimas de las Filipinas y su gobierno se acercó a los Estados Unidos accediendo a que los norteamericanos expandieran su presencia militar instalando cuatro bases en su territorio en el 2023.
Este reposicionamiento incluyó presencia estadounidense en la provincia de Cagayan, al sur de Taiwán, que es considerada estratégica. La prioridad para Estados Unidos radica en apoyar y defender los derechos marítimos, económicos y comerciales de países como las Filipinas, Vietnam y Malasia ante los excesos de China, y evitar que las tensiones entre estos y Pekín lleguen a un punto de no retorno.
Hace 8 años, China sufrió una derrota legal importante con respecto a sus reclamaciones territoriales en el mar del sur de China, cuando un tribunal internacional consideró que estas carecían de fundamento jurídico. En vez de ajustar su comportamiento y aceptar la decisión del tribunal, China optó por una estrategia más agresiva, continuando su ocupación y fortificación de arrecifes y formaciones rocosas como parte de su estrategia de expansión marítima. Además, el país ha utilizado su ascendente poder militar y económico para obstruir actividades de pesca y desarrollo energético de países como Vietnam, Malasia, Brunéi, Taiwán y las Filipinas, en abierto desacato del orden internacional.
Estos cinco países han empezado a hacer contrapeso a las actuaciones chinas y, aunque a nivel internacional esto debe ser celebrado, en especial en Estados Unidos, Washington deberá presionar para que el accionar de su aliado más cercano en esta región, las Filipinas, sea cauteloso y estratégico. Según el portal Geopolitical Monitor se estima que en esta zona del mundo hay una reserva cercana a los 11 billones de barriles de petróleo y 190 trillones de pies cúbicos de gas natural. Además, por esta zona, que conecta a los mercados de Asia con Europa, África y las Américas, transita un tercio del tráfico marítimo mundial, estimado en más de 3 trillones de dólares anuales, convirtiéndola en una arteria fundamental para el comercio internacional. Por este motivo, el mar del sur de China se ha convertido en un escenario de enfrentamiento por su soberanía territorial y marítima por parte de países de Asia, con intereses por parte de potencias como Estados Unidos, Rusia y China.
La intervención de los Estados Unidos hasta ahora se ha limitado a un acompañamiento militar disuasivo en aras de asegurar la navegabilidad, explotación y comercialización de recursos por parte de los países amenazados por China. Por una parte, con su presencia controla que ninguno de estos busque, influenciadas por un sentimiento nacionalista interno, desestabilizar el orden actual y la tensa calma existente; y, de otra parte, envía un mensaje al gobierno de Pekín de que los Estados Unidos estarán allí respaldando a este grupo de naciones en caso de una provocación o posible acto de guerra. Esta tensión permanente hace que esta zona del mundo sea clave en la geopolítica mundial y se mantenga bajo observación permanente, pues una chispa podría generar un incendio de enormes repercusiones globales.