Columnistas
Llamado que no podemos ignorar
A pesar de las malas decisiones del gobierno, somos los colombianos quienes seguimos construyendo este país.
El inicio de un nuevo año siempre trae consigo la esperanza de un futuro mejor. Es un momento para reflexionar, para soñar con el país que queremos construir y, sobre todo, para comprometernos con las acciones que nos acercarán a ese objetivo. A pesar de los retos, los colombianos hemos demostrado una y otra vez que somos capaces de salir adelante, incluso en las circunstancias más adversas.
Colombia está en un momento crítico que exige grandeza, visión y unión de sus líderes. El gobierno actual, encabezado por Gustavo Petro, ha profundizado la división entre los colombianos, sembrando desconfianza, odio y polarización. Sus constantes confrontaciones, improvisación y apología a un pasado criminal han contribuido a un clima de incertidumbre. Pero no podemos permitir que las decisiones y los discursos de este gobierno definan nuestro ánimo, ni mucho menos nuestro futuro.
Colombia no es solo su gobierno. Somos un país de gente pujante, trabajadora y valiente. A lo largo de nuestra historia hemos enfrentado crisis, gobiernos ineficaces e incluso tragedias, y aun así hemos salido adelante gracias a nuestra capacidad de adaptarnos, de luchar y de construir, muchas veces a pesar de quienes están en el poder. Este es uno de esos momentos en los que debemos unirnos como colombianos para seguir construyendo país, sin dejar que los errores y divisiones nos arrastren.
Los líderes que sueñan con un mejor país tienen una responsabilidad histórica. No podemos olvidar que Petro llegó al poder porque quienes podían enfrentarlo no lograron unirse. El protagonismo, los egos y la incapacidad de ceder por el bien común permitieron que las divisiones prevalecieran. Ese error no puede repetirse. Este es el momento para que aquellos que verdaderamente quieren sacar a Colombia adelante trabajen juntos, dejando a un lado las aspiraciones personales para construir un proyecto sólido que inspire a los colombianos y nos una como nación.
Necesitamos un liderazgo que reconozca los avances logrados, que construya sobre ellos, que corrija lo que se ha hecho mal y que entienda que el verdadero progreso se consigue sumando esfuerzos, no destruyendo lo construido. Colombia está llena de gente buena, trabajadora y honesta, que cada día aporta para hacer del país un mejor lugar. No todos los empresarios son corruptos; la mayoría son personas que generan empleo, construyen oportunidades y aportan al desarrollo nacional. Es fundamental que este liderazgo reconozca el rol de los empresarios como aliados clave para el progreso del país, y que desde el liderazgo político y social se convoque a todos los sectores a remar en la misma dirección.
A pesar de las malas decisiones del gobierno, somos los colombianos quienes seguimos construyendo este país. Desde nuestras pequeñas acciones hasta los grandes proyectos que mueven la economía, cada uno de nosotros tiene un papel crucial. No podemos permitir que la improvisación, las mentiras y las divisiones sigan definiendo nuestro futuro.
A todos mis lectores, les deseo un año lleno de esperanza, fuerza y unidad. Que este sea el año en que, unidos, demostremos de qué estamos hechos los colombianos. Que desde cada rincón del país sigamos construyendo el país que soñamos: un lugar de oportunidades, respeto y progreso para todos. ¡Sigamos adelante, con optimismo y determinación! ¡El futuro de Colombia depende de nosotros!