Maltrato, depresión y suicidio en adolescentes

Ayudar a solucionar tan graves circunstancias está en nuestras manos.

La pandemia del 2020 afectó la salud mental de todos, sobre todo, la de los grupos más vulnerables, especialmente los niños y los adolescentes. A esta realidad hay que sumarle otras “plagas” que llevan muchos más años ensañándose en estas poblaciones. Ellas son el maltrato, el abuso sexual, y la indiferencia generalizada, que han ido sometiendo a miles de niños y adolescentes a cuadros de depresión y ansiedad que no pocas veces terminan en suicidio.

Con relación al abuso sexual, las cifras son escandalosas. Por lo menos 20.000 menores son violentados cada año y estos casos se convierten en noticia únicamente si el agresor es importante y es capturado en flagrancia. Solo así el hecho se vuelve noticia nacional y se convierte en el tema de todas las conversaciones durante un par de semanas. Después todo sigue igual. Los demás casos se convierten en simples estadísticas, con agresores invisibilizados por la impunidad rampante, sin que aparezca un culpable, ni se vislumbre una solución para semejante tragedia que deja marcas indelebles en el cuerpo y el alma de seres inocentes.

El maltrato infantil se manifiesta muy frecuentemente de manera disimulada, al interior del hogar, por lo cual las posibilidades de intervención externa correctiva son mínimas. Las consecuencias de estas agresiones sobre niños y adolescentes indefensos incluyen los trastornos físicos, psicosomáticos, ansiedad, y depresión. Circunstancias que cada vez con más frecuencia vemos convertidas en ideas y actos suicidas.

Las alarmantes cifras de depresión y ansiedad adolescente están respaldadas por múltiples estudios. El más reciente es el de la Universidad Nacional y la Secretaría de Educación Distrital de Bogotá, realizada entre 10.000 niños y adolescentes de 20 colegios de la ciudad, que puso en evidencia que, en el primer semestre de 2023, 1 de cada 8 estudiantes de secundaria ha pensado en hacerse daño y uno de cada 34 ha intentado suicidarse.

La Secretaría de Educación registró, en ese mismo período, 775 casos de consulta suicida en menores de entre los 12 y 17 años, entre los que existían antecedentes de maltrato y abandono familiar. Estas cifras corresponden a Bogotá, pero permiten proyectarlas a todo el país y han sido documentadas en diferentes regiones. (Periódico UNAL, Octubre 9, 2023)

Para aliviar tan dramática situación es fundamental combatir la indiferencia general, la estatal y la falta de recursos, circunstancias difíciles de modificar.

La esperanza para cambiar una realidad tan triste, radica en la voluntad de las personas comprometidas a realizar mayores esfuerzos para:

*Identificar tempranamente los casos de maltrato y abuso infantil.

*Identificar los niños y adolescentes con depresión y angustia.

*Conocer los factores de riesgo en suicidio infantil y adolescente.

*Referir a los adolescentes en riesgo a las instituciones donde se les pueda prestar ayuda.

*Desarrollar en colegios y escuelas programas educativos sobre salud mental.

Invitación: El miércoles 15 de noviembre a las 5:00 p.m., en el Hotel Spiwak se ampliarán algunos de estos temas, como parte de las actividades educativas de la FILCali

y con el apoyo de la Fundación Scarpetta Gnecco.