¡Ojo con la educación!
Uno de los resultados que nos llamó fuertemente la atención es que el 88,6% de los municipios tienen rezago en el Objetivo de Educación de Calidad: 725 con rezago significativo y 247 crítico.
Hace unas semanas hablábamos sobre la necesidad de tener presencialidad en la educación. Aunque en su momento celebramos la decisión del juez que permitió que las instituciones educativas que tuvieran las condiciones físicas pudieran volver al menos en alternancia, lo cierto es que cuando recorro las calles de Cali me doy cuenta de que son muchos los niños que no están yendo al colegio. Esto sin contar los que no están asistiendo a los Centros de Desarrollo Infantil aún cerrados, lo que sigue agravando la situación ya dramática para muchos niños y familias.
Creo que es pertinente ponerle números a esta crítica situación. En primer lugar, el pasado miércoles lanzamos desde ProPacífico el Índice de Desarrollo Sostenible Municipal, una herramienta para conocer el avance en la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en los 1122 municipios de Colombia. Uno de los resultados que nos llamó fuertemente la atención es que el 88,6% de los municipios tienen rezago en el Objetivo de Educación de Calidad: 725 con rezago significativo y 247 crítico.
A pesar de lo dramático, el resultado no nos sorprende. Coincide con varios reportes que indican que si bien hay esfuerzos que se realizan, hay un camino largo por recorrer para que la educación esté en las agendas públicas y privadas con la prioridad que debe tener y con ella poder desarrollar el potencial del país y de nuestra región.
Por otro lado, sabíamos que el covid era un retroceso en nuestro camino por la educación, pero el último informe de pobreza multidimensional de 2020 del Dane nos acercó a la verdadera dimensión del asunto. Según la publicación, aproximadamente 489 mil habitantes del país entraron en la pobreza (especialmente en áreas rurales) y el factor que más impulsó este deterioro fue la inasistencia escolar, que aumentó 13,7 puntos porcentuales con respecto a 2019. Este dato, además de revelar algunos efectos del cese de actividades presenciales en los colegios, evidenció una vez más las brechas sociales que tiene el país, sobre todo en las zonas más apartadas.
Estos datos nos deben ayudar a dimensionar el tamaño del reto y obligarnos a poner los ojos en lo importante. Lo primero es la necesidad de que los niños, todos, vuelvan a los colegios. Lo segundo, debe ser enfocarnos en la calidad educativa. Por muchos años nos obsesionamos con la cobertura, que sin duda es importante, pero ahora debemos concentrarnos en todos los programas que estén encaminados al mejoramiento de la calidad educativa como el fortalecimiento del liderazgo pedagógico y cualificación docente, el fortalecimiento de competencias básicas a estudiantes tanto de primaria como de secundaria, además de la pertinencia de la educación media, técnica y profesional.
La educación no es sólo un derecho fundamental de los niños, que como nos han comprobado los hechos, no a todos les importa. Es una herramienta para el ejercicio efectivo de la ciudadanía y una forma de asegurar acceso efectivo al empleo. Además, la educación de calidad es un pilar de la competitividad incluso más importante que la infraestructura vial. Entonces, ¡ojo vivo con la educación! No más excusas. Necesitamos acciones concretas y seguimiento respaldado en cifras que nos digan si estamos mejorando.
* Directora Ejecutiva de ProPacífico
Sigue en Twitter @MariaIUlloa