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Matar al mensajero

Es lamentable que esto ocurra como reacción a preguntas de periodistas al presidente sobre el alcance de un tema, o un derecho de petición a un funcionario para averiguaciones...

4 de julio de 2024 Por: Helena Palacios

¿Comprenderá el señor Presidente la importancia del periodismo y el peligro que conlleva esa profesión, sin considerar que las crónicas y los escritos son fruto del esfuerzo por develar acontecimientos y pensamientos que agitan la vida nacional?

Denostar de los medios de comunicación o periodistas con señalamientos por tal o cual sesgo, financiación o personaje con generalizaciones o comparaciones con la criminalidad de aquí o de más allá, es lanzar dardos desde el poder como jefe del Estado, que siembran estigmatización y odio contra ellos.

Es lamentable que esto ocurra como reacción a preguntas de periodistas al presidente sobre el alcance de un tema, o un derecho de petición a un funcionario para averiguaciones acerca de eventuales actos de corrupción. El mandatario, en lugar de entender que lo que corresponde es dar una respuesta y esclarecerlos, procede a desprestigiarles.

Ir en contra de ellos por inquirir información recuerda la famosa metáfora que resume la frase ‘matar al mensajero’ que alude a un monarca que, cuando recibió malas noticias, procedió a eliminar al emisario y no al causante de ellas. Le convendría a Petro dar algún crédito a los mensajes para velar por una gestión honesta, si es capaz de evaluar su propio entorno. Muchas actuaciones corruptas ocultas se conocen por las averiguaciones del periodismo, luego de preguntar y requerir explicaciones, con vocación de transmitirlas al público.

Relacionar a la Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP y a unas periodistas con el paramilitarismo, la táctica nazi de Goebbels o el ejercicio de un “periodismo Mossad” -que alude a una agencia de inteligencia y espionaje israelí- equivale a decir sin pruebas que están por fuera de la ley, y las expone a amenazas y ataques por fanáticos irracionales en redes sociales.

Según laFLIP, por causas asociadas a su oficio, fueron asesinados 165 periodistas entre 1977 y 2022, con total impunidad; y continúan las víctimas y amenazas en los últimos años. Si a los centenares de crímenes perpetrados por sus investigaciones y denuncias, se añade arremetidas desde el ejecutivo, se incrementarán los riesgos de agravios o acciones violentas. El reciente caso podría dar lugar, salvo mejor opinión, a una acusación ante la autoridad o comisión competente por presunta calumnia o injuria, si se comprueba un eventual perjuicio a la honra o seguridad de las afectadas.

Para Gabriel García Márquez en la crónica hay que respetar estrictamente los acontecimientos de la realidad, y si ‘te pescan una mentira piensan que todo lo demás es mentira’ (10 lecciones de GGM, Fundación Gabo). Así como hay un mandato ético para el periodismo, y el derecho del gobernante a reclamar por falsedades si las hay, también está el deber de este de velar porque sus declaraciones no denigren ni exacerbe ánimos con infundios.

La CIDH y el Relator Especial Para la Libertad de Expresión manifestaron preocupación por los señalamientos y calificaciones contra la periodista María Jimena Duzán y la Flip desde la más alta autoridad del Gobierno, exhortando al Estado a brindarles plena garantía a su trabajo. Expusieron la necesidad de asegurar un ambiente favorable a la deliberación pública; prevenir desde su discurso todo tipo de violencia contra la prensa y “abstenerse de activar riesgos contra quienes ejercen la libertad de expresión y protegerles ante amenazas”.

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