El pais
SUSCRÍBETE

Columnistas

Mayoría de edad y virtudes ciudadanas digitales

... Vale la pena considerar las virtudes éticas en la era digital.

9 de diciembre de 2024 Por: Vicente Duran Casas
Vicente Durán Casas
Vicente Durán Casas | Foto: El País

En la larga historia de la ética filosófica destacan dos gigantes que han marcado los cauces sobre los cuales nosotros, hombre y mujeres del Siglo XXI, reflexionamos sobre las acciones humanas y valoramos su contenido moral. Uno es Kant, el prusiano que en el Siglo XVIII marcó los linderos de una ética secular y racional, apoyada en la buena voluntad y en la dignidad humana como un valor racional y universalmente válido. El otro es Aristóteles, el macedonio del siglo IV antes de Cristo que entendió la ética como aquello que hace posible vivir una vida bien vivida y compartida en una comunidad política.

Aristóteles es reconocido como padre de la ética de la virtud, o mejor, de las virtudes. Según él, el fin último de la vida humana es alcanzar la felicidad y las virtudes son el conjunto de disposiciones, excelencias y hábitos de vida cultivados y desarrollados por las personas a lo largo de la vida y que les permite vivir una vida que merezca ser tenida y valorada como buena.

Característico de las “virtudes éticas” es que son adquiridas en la misma medida en que se las practica y por eso llegan a convertirse en un hábito. Estas virtudes encuentran su lugar en el justo medio entre dos extremos viciosos: la valentía es virtud porque es el justo medio entre temeridad desbocada y cobardía, la paciencia lo es entre irascibilidad y desánimo, y la generosidad entre el derroche y la avaricia.

Es en ese contexto en el que vale la pena considerar las virtudes éticas en la era digital. Si observamos el comportamiento humano respecto de la utilización de la tecnología, el procesamiento de datos digitales y la inteligencia artificial generativa como el ChatGPT, nos encontramos con que nuestra minoría de edad digital se hace visible precisamente por la ausencia de eso que podríamos llamar virtudes de ciudadanía digital. Lo que debiera ser un medio o una herramienta que nosotros controlamos con arreglo a fines que elegimos, puede trastocarse en un control y dominio inconsciente de nuestro comportamiento. Sabemos que la mera utilización de medios digitales no hace que seamos nosotros los que tengamos el control sobre ellos.

Las virtudes de ciudadanía digital aparecen cuando disponemos de espacios públicos en los que todos nos hacemos conscientes del impacto que tiene la tecnología en nuestra vida, esto es, cuando nos preocupamos sobre cómo impacta la tecnología en nuestras conversaciones y decisiones políticas, en nuestras preferencias estéticas o en la valoración moral que hacemos sobre lo ocurre en el mundo.

Una sociedad se acerca a la mayoría de edad digital cuando las personas desarrollamos virtudes y hábitos de discernimiento que nos permiten separar el trigo de la cizaña, no comer carreta, y crecer en libertad, responsabilidad y solidaridad social. Si el uso frecuente de los dispositivos digitales, en lugar de ampliar y extender reducen el uso de esta libertad y el alcance de esa solidaridad, es porque somos usuarios viciosos, no virtuosos, de dichos dispositivos. Ellos nos controlan, no nosotros a ellos.

Cuando yo era un joven estudiante de colegio, quienes nos educaban insistían mucho en formarnos como buenos ciudadanos. Hoy la educación de personas de bien, libres y responsables, pasa necesariamente por la intención de formar personas con virtudes que atestigüen su mayoría de edad en la era digital.

*Rector Pontificia Universidad Javeriana Cali

Descarga la APP ElPaís.com.co:
Semana Noticias Google PlaySemana Noticias Apple Store

Regístrate gratis al boletín diario de noticias

AHORA EN Columnistas

Gonzalo Gallo

Columnistas

Oasis