Menos estrés, más Navidad

Que seis de cada diez personas adultas sufran de estrés en Navidad, no es un dato para menospreciar. De acuerdo con un estudio realizado por el centro internacional de métodos para tratar el estrés, Nascia, el 65 % de personas experimentan estados de ansiedad previos y durante estas fechas, siendo los gastos económicos y los compromisos sociales lo que más inciden. Dice también el estudio que las mujeres tienen una mayor responsabilidad en esta época y experimentan dificultades para conciliar su vida profesional con la personal. Algo a lo que el estudio Mott Poll de la Universidad de Michigan agrega que “las madres padecen niveles de estrés más altos que los padres, un 23 % frente a un 12 %”.

Bien es sabido que en el mundo actual las enfermedades mentales son una de las principales preocupaciones de la medicina; no en vano, la Organización Mundial de la Salud señala que una de cuatro personas, es decir 450 millones en el mundo, sufren de al menos un trastorno. Sin embargo, la salud mental sigue siendo la cenicienta de las políticas públicas, que suelen subestimarla.

En Navidad tendemos a copar nuestra agenda de múltiples actividades que son propias de la temporada; reuniones en familia, las novenas con amigas y amigos, las cenas, las entregas de regalos, las fiestas de las empresas, la decoración de la casa, la compra de regalos y mucho más. A lo que se agregan nuestras ocupaciones habituales en el hogar y en el trabajo, haciendo nuestros días más extenuantes.

Uno de los síntomas de que las cosas van más rápido que de costumbre es el tráfico, pitos, alta velocidad, accidentes, que por lo general aumentan en un 20 % en fin de año, choques y discusiones en las vías, motos con parrilleros sin casco y así. Las congestiones vehiculares crecen, y con ellas, el disgusto y el caos.

El ruido se convierte en otro dolor de cabeza. El Congreso acaba de aprobar un proyecto ley para contrarrestar la contaminación auditiva en Colombia. Ya que el ruido, según el Ministerio del Interior, es la segunda causa de la violencia en los barrios. Cali, Bogotá y Medellín son las ciudades con mayores violaciones a los límites establecidos, que para sectores residenciales son de 65 decibeles.

Sumémosle la pólvora, en Colombia, según el Instituto Nacional de Salud, a corte del 12 de diciembre iban 396 heridos por quemaduras. En Cali, el pasado fin de semana, que se celebró el Día de las Velitas, hubo 12 lesionados, de los cuales cinco fueron menores de edad. Además de muchas mascotas, otro integrante de la familia, que en fin de año sufre estos excesos.

Sí, diciembre nos acelera, pero ‘vamo a calmarno’, como dicen por ahí. Que por correr más no nos salen las cosas mejor. Bajémosle a la velocidad en las vías, planeemos mejor nuestro tiempo para llegar a nuestro destino; moderemos el volumen, respetemos las normas; evitemos la pólvora, no nos excedamos en alimentos o bebidas alcohólicas que puedan causar estragos.

Volvamos a la esencia de lo que significa este mes, encontrarnos alrededor de la mesa; conversar con la gente que amamos, saber cómo están, qué sienten, qué esperan; abrazarles y decirles lo mucho que significan en nuestro camino; dar amor, más que regalos costosos; agradecer por estar aquí, en este viaje que es la vida. Y si es posible, compartir con la gente que más lo necesita un plato de comida, un regalo para una niña o un niño, un aporte a las instituciones que trabajan por su bienestar; nada da más satisfacción que dar.

Que el estrés navideño no te deje sin aliento; no se trata de ser la ‘grinch’, la agua fiestas, pero sí de invitarte a pensar, mientras lees estas líneas, en lo que realmente vale la pena. No dejes que la presión social o el afán por quedar bien te roben la paz. Sonríe, disfruta, respira, agradece, ama, sé feliz. ¡Eso es Navidad! @pagope