Columnistas
Miremos el Chocó biogeográfico
Ponerle freno a la deforestación, degradación de los suelos y destrucción de los recursos naturales en el Chocó biogeográfico requiere mayores esfuerzos institucionales de los cuatro países que lo conforman
El Chocó biogeográfico es un corredor natural neotropical de más de 178.000 km cuadrados de la más alta importancia para la conservación ambiental por su riqueza natural e hídrica, concentración de biodiversidad y especies endémicas, especialmente centenares de especies de plantas, aves y mariposas, que no se encuentran en otro lugar del planeta. Se extiende por el litoral Pacífico de cuatro países, desde el Darién en Panamá, recorriendo el occidente de Colombia, el norte de Ecuador y finalizando en el norte del Perú. Esta majestuosa riqueza natural se encuentra gravemente amenazada por el deterioro constante de los ecosistemas del Chocó Biogeográfico originado por diversas causas, entre las que sobresalen la minería ilegal, los cultivos ilícitos y la crisis migratoria en el Darién.
En el caso de Colombia, solo por minería ilegal en los departamentos de Chocó, Valle del Cauca, Cauca, Nariño y parte de Antioquia que comprende el Choco Biogeográfico se han degradado 18.135 hectáreas entre 2019 a 2021, según cifras presentadas por el Ideam. Así mismo, en la frontera colombo panameña, el daño ambiental en el Darién es drástico y persistente, por las cientos de miles de personas que han atravesado la selva en los últimos años para migrar hacia Norteamérica, fenómeno que ha producido tala masiva de bosque, contaminación por residuos que dejan los migrantes, caza de animales y alteración del equilibrio ecológico.
Ponerle freno a la deforestación, degradación de los suelos y destrucción de los recursos naturales en el Chocó biogeográfico requiere mayores esfuerzos institucionales de los cuatro países que lo conforman e implica desplegar acciones conjuntas e integrales que atiendan las múltiples causas de afectación ambiental. Dichas acciones deben contemplar y fortalecer la seguridad en los territorios, aumentar las capacidades de las autoridades ambientales, pero sobre todo responder a las necesidades socioeconómicas de las comunidades locales que habitan estos ecosistemas estratégicos. De igual forma, es necesario consolidar una estrategia conjunta para posicionar en la agenda ambiental global este corredor natural como una prioridad de la comunidad internacional, no sólo por lo que representa en términos de biodiversidad, sino porque sus causas de mayor afectación ambiental y social tienen impacto transnacional.
Llamar la atención de la comunidad internacional sobre el Chocó biogeográfico para lograr mayores inversiones que se traduzcan en restauración, protección ambiental y fortalecimiento de las comunidades locales, no será posible si quienes tenemos el privilegio de habitar este exuberante paraíso natural no somos conscientes de su importancia y nos comprometemos a cuidarlo y visibilizar su realidad. Empecemos por enamorar a nuestras nuevas generaciones del mar, sus ríos, inigualable fauna y flora, a crear sentido de pertenencia colectivo sobre un corredor natural en el que todos los habitantes del Pacifico colombiano debemos contribuir a su sostenibilidad.
Posdata. Aprovecho para agradecer al Diario El País por invitarme a compartir como columnista de opinión, desde este espacio quiero transmitirles diversas reflexiones principalmente sobre medio ambiente y cultura, las dos más grandes riquezas que tenemos como región Pacífico.
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