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Carlos E. Climent

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Momentos decisivos

El punto de inflexión es una circunstancia que determina un giro drástico.

14 de julio de 2024 Por: Carlos E. Climent

Los eventos que ocurren en la infancia suelen marcar de manera indeleble a las personas. Unos buenos padres y una infancia tranquila y enriquecedora tienden a generar adultos estables. En el lado opuesto se ubican las experiencias infantiles infortunadas que muchas veces se constituyen en una pesada carga a lo largo de la vida. Luego vienen las múltiples circunstancias que modelan esa experiencia original. Pero no es solamente durante la infancia cuando ocurren los hechos que pueden generar cambios decisivos. En cualquier momento de nuestra vida adulta, incluso durante las edades más avanzadas, pueden atravesarse en nuestro camino, circunstancias o personajes que, o nos hacen la vida difícil, o nos redimen.

Hay seres de luz, verdaderos aliados, amigos del alma, nuestra pareja, un allegado cercano que nos conoce bien, un amigo, el profesor, el terapista, incluso un desconocido, que a la manera de una revelación nos cambia el rumbo de nuestra vida en el momento oportuno. Hay también noticias, encuentros, sorpresas, o incluso pasajes de un libro, que determinan un resultado inesperado. Muchas veces estas manifestaciones ocurren de manera sutil.

En lo político es la fuerza invencible que hace que millones de personas abandonen su ego personalista para unirse frente a circunstancias críticas de la patria. No es sino mirar la historia del mundo.

En lo personal es un evento que puede pasar desapercibido en un primer instante. Es el comentario, la circunstancia, la sorpresa, el detalle que, o nos heló la sangre, o nos reparó el alma.

Puede ser ese rompimiento que tanto temíamos, pero que representa el fin de una pesadilla y el comienzo de un nuevo amanecer. Es la desilusión del acto traicionero a manos de alguien a quien le habíamos dado nuestra confianza incondicional, que algunas veces es la encargada de abrirnos los ojos. Tal circunstancia que nos produce un gran dolor en el instante del shock, pero que cambia nuestra suerte, muchas veces, quién lo diría, de forma muy provechosa.

Otras veces es el descubrimiento de un tesoro que teníamos enfrente y que no habíamos visto por andar tan absortos en nuestras ocupaciones y rutinas. En cualquiera de sus formas es un cambio trascendental, un punto de inflexión, el turning point.

Son advertencias que nos ofrece el destino, con su manera peculiar de indicarnos que llegó la hora de reevaluar la forma como hemos estado viendo la realidad.

Para beneficiarse de esos momentos decisivos, que tarde o temprano harán su aparición, es preciso:

*Escuchar mucho, hablar poco y respetar todas las opiniones.

*Entender que lo más importante NO es tener la razón.

*Enfrentar aquello que desafía nuestra comodidad.

*No dejarnos tentar por la omnipotencia de nuestro ego, ni por la pasión de las predicciones apocalípticas, pues la mayoría de las veces son errores lamentables.

*Ser compasivos con nosotros mismos y especialmente con los demás.

*Estar siempre atentos a la posibilidad de la aparición de los momentos cruciales que invariablemente se atravesarán en nuestro camino.

Nota: Paz en la tumba de Ernesto Zambrano, ejemplo de mesura, originalidad del pensamiento y gran profesor, colega y amigo.

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