Columnistas
No cualquiera llega
Quienes hemos estado cerca de procesos deportivos sabemos bien lo que esto significa.
Terminados los Juegos Olímpicos Paris 2024, nuestra delegación cierra con un balance de cuatro medallas, tres de plata y una de bronce, además de 14 diplomas olímpicos. Este resultado, que para algunos puede ser corto frente a las expectativas que se tenían con algunos deportistas, es sin duda enormemente satisfactorio por todo lo que significa para los atletas llegar a unos Olímpicos y competir en las más altas esferas del deporte mundial.
La participación en unos Juegos Olímpicos es el resultado de años de preparación, esfuerzo, y sacrificio personal y familiar. La gran mayoría de nuestros deportistas provienen de territorios bastante olvidados y vulnerables de Colombia, y de familias de estratos socioeconómicos bajos, que en muchas ocasiones se ven obligados a dejar de cubrir necesidades básicas para apoyar el sueño de sus hijos.
Por eso es indignante la facilidad con la que muchos critican a los deportistas por sus resultados en los Juegos Olímpicos. Muchos, desde la comodidad de sus hogares, se sienten con el derecho a descalificar a estos jóvenes que han sacrificado tanto por representar a Colombia en el escenario deportivo más prestigioso del mundo.
Quienes hemos estado cerca de procesos deportivos sabemos bien lo que esto significa. Llegar a unos Juegos Olímpicos requiere una dedicación inmensa, sacrificios y una preparación meticulosa. Los atletas entrenan entre 700 y 900 horas al año, combinando resistencia, fuerza y sesiones de alta intensidad. Además, los costos financieros son significativos, a menudo cubiertos por los propios atletas y sus familias, lo que hace el camino a los Juegos Olímpicos extremadamente difícil.
Por eso, es incomprensible que se critique y cuestione cuando los deportistas no logran subir al podio. Pese a esto, muchos de ellos se destacan y alcanzan posiciones de honor, lo cual debería ser motivo de orgullo y admiración.
El caso del joven cucuteño Ángel Barajas, quien a sus 17 años logró una histórica medalla de plata en gimnasia artística, es un claro ejemplo de lo que se puede lograr con dedicación y apoyo. Caso similar al de Yeison López, caleño que logró la medalla de Plata en levantamiento de pesas, con una valiosa historia de superación personal y nos conmovió con su gratitud hacia sus padres por su apoyo. En la misma disciplina se unió con medalla de Plata Mari Sánchez, quien rompió todas sus marcas personales para llevarse el segundo lugar en el podio. Cerrando el medallero, está Tatiana Rentería, a quien vimos batallar ante duras rivales para lograr una medalla de bronce en la lucha.
A ellos se suman los 14 diplomas olímpicos obtenidos por nuestra delegación donde se destacan los del clavadista Luis Felipe Uribe, que ha igualado la mejor participación colombiana en la historia de este deporte; también Valeria Araújo en el heptatlón, Manuela Gómez en canotaje, Luis Javier Mosquera en levantamiento de pesas, María José Uribe en golf olímpico, Queen Saray Villegas en BMX freestyle. A ellos y a los otros ocho deportistas que alcanzaron este logro, mil gracias y se vale soñar con Los Ángeles 2028.
Con cada competencia, cada medalla y cada diploma olímpico, nuestros atletas demuestran su capacidad de superación y su pasión por su deporte. A los 88 deportistas que nos representaron en París 2024 ¡Simplemente gracias! Gracias por ondear con orgullo nuestros colores y representarnos, dejando el nombre de Colombia en alto. No cualquiera llega allí.
@juanes_angel
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