No politizar la COP

La esperada COP16 está a la vuelta de la esquina; entre mediados y finales de octubre llegarán a Cali más de 145 delegaciones de Estado, según lo señalado por el Ministerio del Medio Ambiente. Hasta el momento —y según la Cancillería de Colombia— han confirmado 8 jefes de Estado. Se espera que cerca de 12.000 personas visiten a Cali durante el evento. La inyección a la economía local está estimada por algunos expertos en 21 millones de dólares.

Esta cumbre será una gran oportunidad para que Cali se convierta en una biodiverciudad de aquí en adelante; para que los caleños nos aproximemos, en el uso positivo de la expresión, a la naturaleza que nos rodea, con lo cual podremos lograr una mayor sensibilización del territorio diverso que tenemos. Como bien lo expresan algunos académicos, “por años hemos sacado a la naturaleza de las ciudades, es hora de volverla a invitar”.

La COP16 es el espacio de discusión y negociación más importante sobre la diversidad biológica, el uso sostenible de sus componentes y el reparto equitativo de bienes genéticos.

Sin lugar a dudas Cali, el Pacífico y Colombia serán el foco de atención del mundo desde el 21 de octubre hasta el 1 de noviembre. Como lo expresó el alcalde Eder, “por primera vez en muchos años el mundo va a poner sus ojos en nuestra ciudad y en nuestra región por algo positivo, por una buena noticia”.

Los caleños estamos ilusionados con los impactos positivos que esta cumbre pueda generar, por eso nos hemos venido preparando: obras de mejoramiento, la organización y planeación logística de la cumbre, el diseño de eventos en diferentes puntos de la geografía. Los hoteles en la ciudad y en las afueras, restaurantes, así como el comercio en general, entre otros, han estado haciendo la tarea.

Aquí hemos logrado generar un objetivo común: ser los mejores anfitriones posibles. Próximamente, Cali, la casa de esa gran ‘fiesta’ llamada COP16, estará a punto dentro de sus posibilidades. Esperamos que sus invitados igualmente lo estén.

Sabemos que el evento será de atención mediática mundial y también será el momento propicio para que los activistas ambientales, sociales, nacionales y mundiales que vendrán a la cumbre aprovechen y dejen sus mensajes. Es usual que en estos escenarios se presenten protestas y hechos simbólicos, sin embargo, los caleños esperamos que los invitados se porten a la altura de quienes los reciben en su casa.

A la ciudad también llegarán las diferentes comunidades campesinas, afro e indígenas del país. La situación es exactamente igual a la que acabo de describir, y la esperanza de los caleños es la misma: que los invitados a la ‘fiesta’ cuiden la casa a donde llegaron a compartir.

Así mismo, esperamos que el Gobierno nacional venga a Cali a discutir sobre las oportunidades que como país tenemos para convertirnos en una potencia de la biodiversidad y no a generar mayor tensión política, aprovechando los micrófonos mundiales. Por el bien del país, todos esperamos que no se politice la COP16, entendiendo lo complejo del trasfondo, la pertinencia y la relevancia de la discusión.

Los caleños, con dedicación, esfuerzo y cariño, nos estamos preparando para atender a todos de la mejor manera. Ojalá que a Cali no lleguen los típicos buscapleitos que siempre quieren aguar la fiesta.