Oímos propuestas

A cuatro meses y 15 días de las elecciones regionales ya es hora de que los caleños vayan decidiendo por quién votar. También es el momento oportuno para que aquellos aspirantes -¡treinta, ni más ni menos!- a dirigir los destinos de nuestra ciudad que saben que no tienen la mínima posibilidad de llegar a la oficina principal del CAM, declinen su intención, se hagan a un lado, apoyen al que sea más afín a su proyecto político y no desgasten más este proceso, ni se desgasten ellos, porque al final la que pierde es Cali.

Si nos atenemos a las encuestas más recientes, los nombres de quienes tienen alguna oportunidad de avanzar en esta carrera y disputar el primer puesto, ya están claros. Alejandro Eder, Roberto Ortiz, Diana Rojas y Miyerlandi Torres van punteando.

Y me preguntarán por qué no nombro a don Tulio Gómez si está siempre entre los de arriba. Pues porque en los corrillos se asegura que el dueño del América de Cali no podrá inscribir su candidatura para las elecciones locales de octubre porque está inhabilitado y declinará en su aspiración con un comunicado que ya alista.

A mí el abanico que nombro arriba me gusta, porque todos me parecen serios, muestran sus buenas intenciones de sacar adelante la ciudad, alguna experiencia tienen en la administración de lo público y han demostrado su amor infinito por Cali. Me parece mejor aún que haya paridad entre hombre y mujeres candidatos y todos con oportunidades reales de ganar.

Claro, tengo más afinidad con Alejandro Eder y Diana Rojas porque los conozco personalmente, sé que solo los mueve su interés por servirle a su ciudad y se han preparado para ello con juicio. Además, tienen toda la capacidad para manejar este potro cerrero, salvaje y difícil, que es Cali.

En estos cuatro meses todos ellos, los que puntean en las encuestas y quienes perseveren en su intención, deberán presentarnos de forma clara y concreta, sin los circunloquios de los politiqueros de carrera, qué van a hacer para solucionar los problemas que más preocupan a los caleños.

Las encuestas todas, las ‘oficiales’ y las que se hacen en la calle de manera informal, dejan claro cuáles son las preocupaciones que les quitan el sueño a quienes habitan este paraíso deteriorado que cautiva -como también lo dicen en esos mismos sondeos los entrevistados- por su clima, su gente, su alegría, su cultura y sus paisajes.

La inseguridad es la madre de todas las angustias caleñas, y hay razón para que así sea. Aquí da miedo salir a la calle porque a uno lo atracan, le desvalijan el carro en un semáforo o se lo roban, se le entran a la casa o le ponen el revólver en la cabeza cuando está comiendo tranquilo en algún restaurante.

Nada funciona hasta ahora para combatir la inseguridad. No hay plan de las autoridades que sea efectivo, llevamos tres años esperando que se amplíe o por lo menos que se mantenga en buenas condiciones la red de cámaras de vigilancia, o que se firme el convenio con la Policía para cuidar las estaciones y los buses del MÍO, pero a la fecha, nada de nada.

Tampoco ha habido plata suficiente para arreglar la malla vial, aunque a la actual Administración le han aprobado a manos llenas empréstitos y vigencias futuras. Les aseguro a los candidatos que hoy a los caleños nos interesa más que nos repavimenten las calles del barrio a que nos vuelvan ciudad inteligentísima. Que eso llegue cuando resolvamos los problemas cotidianos.

Con eso y con que se ejerza el principio de autoridad para que la movilidad fluya, eduquemos desde la infancia en cultura ciudadana a los caleños y abramos oportunidades para que los más jóvenes se formen y tengan la posibilidad de encontrar empleo, seremos felices y las cosas comenzarán a mejorar.

Somos todo oídos para que ustedes, candidatos, nos cuenten en detalle qué y cómo recompondrán a nuestra amada Cali, a la que quien gane esta carrera por la Alcaldía recibirá tan desgastada y tan desanimada.