Me gustan más los ‘vices’
Van más frescos y menos libreteados a los debates. Son más directos en sus argumentos.
Sí, me gustan más los ‘vices’. Van más frescos y menos libreteados a los debates. Son más directos en sus argumentos. Andan sin la pretensión de vender una simpatía cosmética. No van prometiendo lo que nunca van a cumplir, con frases falsas como aquello de escribir sobre piedra imposibles para quedar bien. Respetan a sus fórmulas, pero tienen su propia visión de país. Hasta se atreven a decir que hay puntos en los que discrepan. Y aunque parecieran sentenciados a ejercer una figura decorativa más que definitiva en esta contienda, veo allí gente más preparada que los presidenciables.
Esta semana pudimos conocerlos, en un auditorio a reventar en la Universidad Santiago de Cali, que tuvo que acondicionar uno auxiliar con pantalla gigante para quienes se quedaron sin cupo en el Aula Máxima.
Allí sobresalió, por ejemplo, la pregunta que el coronel José Luis Esparza, líder de la Operación Jaque -quien derrocha una simpatía que oculta sus desconocimientos- les hizo a los contendores de las campañas punteras en las encuestas: ¿Cómo esperan reconciliar a Colombia, cuando pasen las elecciones y esto esté más incendiado que nunca? Tan contrario a lo que hizo su coequipera Íngrid Betancourt, cuya mayor ‘hazaña’ en esta campaña, además de la confusión eterna con las maquinarias, fue dinamitar el centro, a días de la consulta de marzo, además de dejar en el limbo al pobre Humberto de la Calle, y silenciar su apoyo a la Coalición de Centro Esperanza.
Destacable también el ex ministro y ex gobernador Luis Gilberto Murillo, el ‘vice’ de Fajardo, a quien no le tembló la voz para decir que esta sí es una contienda ideológica, mientras algunos trataban de endulzar la píldora frente a la pregunta: ¿Qué gobierno cree que le conviene a Colombia: de izquierda, de derecha o de centro? “En Colombia hay un proyecto de derecha y ahí están los resultados; también un proyecto de izquierda que plantea un cambio que no compartimos. Nosotros planteamos un cambio responsable, desde una perspectiva de centro”. Si le apuestan al chocoano tendrán una clara opción que a futuro pueda hacer que por fin le suene la flauta al centro.
Me gusta, también, que allí haya tres mujeres: Marelen Castillo, Sandra de las Lajas Torres y Francia Márquez, las coequiperas de Rodolfo Hernández, Jhon Milton Rodríguez y Gustavo Petro. Son del Pacífico, representan sus voces, sus logros y sentires. Marelen, académica educadora e investigadora. Sandra de las Lajas, activista afro, con amplia experiencia en lo público y provida, aunque ello le cueste abucheos. Y la tercera, Francia, abogada y reconocida activista ambiental. Con la historia de las luchas de su gente en cada palabra.
Me gusta más Rodrigo Lara que ‘Fico’ Gutiérrez. Le falta el carisma que se esmeran en acentuarle los asesores a su fórmula paisa, pero le sobran argumentos para hablar de salud, seguridad y región. Me gusta por lo que representa, el alcalde que hizo bien las cosas, el hijo que exigió sus derechos con una prueba de ADN que llevaba pintada en su cara, para ser reconocido -ya adulto, ya hecho- como hijo del inmolado ministro Rodrigo Lara Bonilla. Sorprendió al llegar a las filas del ‘Fiquismo’, si es que existe el ‘Fiquismo’, por su ascendencia de centro.
Y para cerrar, Ceferino Mosquera, la ‘llave’ de Luis Pérez, quien dijo una de las mejores frases del debate: “Ucrania y Rusia están en guerra y más muertos producimos nosotros en Colombia que estamos en paz”. Tan dura como cierta.
Sin duda, me gustan más los ‘vices’, aunque al final solo uno -o una- posará en la foto de quien en segunda vuelta, porque sí habrá segunda vuelta, se quede con la Presidencia de este país que duele.
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