Perseverar o pivotear

Leí una columna de Xavier Marcet que hablaba sobre la importancia de generar cambios que permitan desarrollar transformaciones disruptivas en las empresas; un ‘punto y aparte’, como lo denominaba él, para realmente crecer. Me recordó un libro que leí hace un tiempo de Eric Ries llamado ‘The Lean Startup’, donde mencionaba que la integración entre innovación, estrategia y cultura organizacional presentan enfoques revolucionarios tanto para empresas pequeñas, como para grandes corporaciones.

Ries enfatiza que la innovación no debe ser un evento ocasional, sino una práctica continua y sistemática. Las empresas deben adoptar un enfoque iterativo de ‘Construir-Medir-Aprender’, donde se lancen rápidamente productos mínimos viables (MVPs) para recibir retroalimentación del mercado. Esta retroalimentación es vital para iterar y mejorar los productos, asegurando que se alineen con las necesidades y deseos de los clientes. Esto implica estar dispuestos a renunciar a productos que, aunque hayan costado tiempo y esfuerzo, no reciban la aceptación que uno esperaba.

La cultura organizacional juega un papel esencial en la capacidad de una empresa para innovar. Ries subraya la importancia de crear un entorno donde se valore la experimentación y se acepte el fracaso como una parte inherente del proceso de aprendizaje. Este tipo de cultura permite a los empleados sentirse seguros para proponer y probar nuevas ideas sin temor.

Con demasiada frecuencia, las grandes corporaciones se atascan en procesos burocráticos y largos ciclos de desarrollo de productos. Sin embargo, fomentar una cultura de innovación es posible mediante la implementación de equipos autónomos y dedicados a proyectos de innovación, conocidos como ‘startups internas’. Estos equipos pueden operar con la agilidad y la mentalidad de una startup, impulsando la innovación dentro de la estructura de una gran empresa.

Ries introduce el concepto de pivotear, es decir, hacer un cambio fundamental en la dirección de un producto o servicio basado en el aprendizaje obtenido de los clientes. La estrategia empresarial debe ser flexible y adaptativa, capaz de pivotear rápidamente en respuesta a la retroalimentación y las condiciones del mercado. En lugar de caer en inversiones significativas de recursos para desarrollar proyectos que no resuenan con el cliente, pueden ajustar sus estrategias en tiempo real, alineando sus ofertas con las necesidades identificadas, manteniéndose así competitivas.

La innovación, la cultura y la estrategia no son elementos aislados, sino componentes interdependientes que deben integrarse para el éxito empresarial. La adopción de una cultura de innovación, el uso de estrategias ágiles y la implementación continua de nuevos productos y servicios mediante el ciclo de Construir-Medir-Aprender pueden transformar cualquier empresa.

Esta es entonces una invitación a arriesgarse a cambiar para mejorar, a innovar para enamorar y a fortalecer su cultura organizacional. Esto seguro les permitirá ejecutar su estrategia de manera armónica y eficiente. No teman al cambio; abrácenlo como una oportunidad para crecer y destacar en un mercado dinámico y en constante evolución.