Prueba de esfuerzo

Desde que se posesionó Gustavo Petro, el país, la sociedad, las instituciones y millones de ciudadanos han vivido de sobresalto en sobresalto. Puede afirmarse que, para esta democracia vieja ya de dos siglos, el gobierno de Petro se ha caracterizado por ser una sucesión constante de pruebas de esfuerzo.

Comenzando por el triunfo mismo del hoy presidente. Nuestra democracia no estaba acostumbrada a que un mar de irregularidades rodeara el acceso al poder del presidente electo. Hoy se sabe que no hubo una, sino dos campañas: la primera, bien administrada y gerenciada de manera correcta; la segunda, manejada en modo “güepajé”…

Personajes de dudosa reputación aportaron cuantiosas sumas a miembros del círculo íntimo de Petro tanto en la Costa como en Casanare y quién sabe en dónde más. Todo concuerda con el conocido ‘Pacto de La Picota’, de cuya existencia vino a saberse después de comentarios e infidencias del hermano del presidente.

Nada más inoportuna que la reforma tributaria del 2022. Parece que quienes la promovieron y la ejecutaron no calcularon el enorme impacto que causaron al aparato productivo del país tanto la pandemia como el llamado “estallido social”. Esos 20 billones en que se aforó la reforma constituyen una exacción exagerada y para algunos sectores simplemente impagable.

No se ve por ninguna parte el propósito gubernamental de controlar los gastos que se están cargando alegremente al erario. Parece que algunos miembros del círculo del poder aman los pesos, pero detestan los contrapesos. ¿Cuánto han costado a los contribuyentes colombianos los 23 viajes de Petro fuera del país y cuál ha sido su beneficio tangible? Y eso que ya se anuncia un nuevo viaje de Petro a China…

Las famosas marchas de la semana pasada, en las cuales 50 mil colombianos en todo el país manifestaron su apoyo al régimen, fueron descaradamente subsidiadas o financiadas por el gobierno nacional. Si algo funciona mal debe recordarse que hace 13 meses se posesionó Petro. Hay que hacer un gran esfuerzo para encontrar en nuestra historia el caso de un gobierno que proteste contra sí mismo.

No causó, por lo mismo, ninguna extrañeza que un grupo de indígenas revoltosos atacara la sede de la revista Semana en Bogotá. Parece que ello se encontraba dentro del libreto de quienes fueron trasladados a la capital a apoyar al gobierno y a atacar a quienes mantiene erguida una posición vertical de libertad de prensa.

Son también pruebas de esfuerzo las extrañas analogías que realiza el presidente Petro. La gente que escuchó el discurso del presidente en la ONU se sorprendió, con toda razón, cuando Petro comparó una clásica guerra de agresión de un vecino contra otro (Rusia- Ucrania) con un conflicto étnico y religioso que lleva años entre Israel y Palestina.

En un reciente discurso, Petro sometió de nuevo a su auditorio con otra prueba de esfuerzo. Como argumento principal anotó que allí donde hay cajeros electrónicos de los bancos hay hospitales y clínicas. Me tocó acudir a un experto en inteligencia artificial (mi hijo) para que descifrara esa afirmación.

Por último, es preciso destacar a tres mujeres que han sido contestatarias y críticas frente a Petro: la congresista norteamericana María Elvira Salazar, la gobernadora del Valle Clara Luz Roldán y la candidata Dilian Francisca Toro.