Columnistas
Sala Ana Frank, 61 años
La Unidad de Cuidado Intensivo Pediátrico, la primera en el suroccidente colombiano, es formadora del recurso humano que hoy se desempeña en diferentes clínicas de la ciudad, la región y el país
El próximo jueves 25 de mayo será reinaugurada la Sala Ana Frank del Hospital Universitario del Valle, la misma que con una Unidad de Cuidado Intensivo Pediátrico atiende anualmente a cerca de 2000 niños en condiciones de vulnerabilidad y con escasos recursos.
La sala fue creada por la comunidad judía de Cali después de la explosión del 7 de agosto de 1956, cuando decenas de niños deambulaban sin protección y amparo médico.
Ana Frank fue una niña de origen judío alemán que permaneció escondida en una casa con su familia, durante dos años, tiempo en el cual escribió un conmovedor diario que dio cuenta del miedo y terror que sentía este pueblo, ante la persecución implacable de la Gestapo, la policía nazi.
Si esta niña hubiera sobrevivido a la shoah u holocausto, este 12 de junio estaría cumpliendo 94 años.
Lo más conmovedor de su testimonio escrito a mano alzada y con múltiples ilustraciones, tiene que ver con el candor, no exento de temor, con el que esta niña de 13 años empezó a narrar, dos días después de su cumpleaños, todo lo que acontecía en su casa, las vicisitudes de su familia para no ser descubierta, los ires y venires de su padre y familia en el refugio, y la manera como veía el universo a través de una cortina, un mundo que se precipitaba al exterminio.
“Créeme: después del año y medio de vida enclaustrada, hay momentos en que la copa rebasa. Sea cual fuere mi sentido de la justicia y de la gratitud, no me es posible ahuyentar tales ideas. Ir en bicicleta, bailar, silbar, mirar a la gente, sentirme joven y libre; tengo sed y hambre de todo eso, y debo esforzarme para disimularlo. Imagínate que los ocho empezáramos a quejarnos y a poner mala cara. ¿Adónde iríamos a parar? A veces me hago esta pregunta: «¿Existe alguien en el mundo capaz de comprenderme, sea o no judío, y que viera en mí a la muchacha que pide nada más que una cosa: divertirse, gozar de la vida?». Lo ignoro, no podría hablar de eso con nadie, porque me echaría a llorar. Sin embargo, llorar alivia en ocasiones…”, anotó en su diario.
Después de la tragedia que enlutó a Cali, los pediatras Jaime Korgi y Jaime Isaza habilitaron el espacio para atender a los niños. Anita Alexandrovich, presidente de la organización e Damas Hebreas, B´nai B´rith, dice que “Abraham Lechter, preocupado por el hecho de que los niños atendidos en el Hospital Universitario no tenían un lugar para ser hospitalizados, antes y después de las intervenciones, impulsó la idea de crear la sala con el nombre de Ana Frank, como símbolo de esperanza y alegría en tiempos difíciles”.
Él comprometió a las Damas Hebreas B´nai B´rith, con el liderazgo de la señora Lotte Feldsberg quienes de manera decidida y generosa mantienen esta sala desde hace 61 años, hoy con la mejor tecnología médica.
En el registro histórico de la Sala Ana Frank dice: “Todas las convocadas expresaron su deseo de formalizar una organización filantrópica, humanitaria, educativa y patriótica que se dedicaría de modo especial a la protección y educación de la niñez desamparada”.
La Unidad de Cuidado Intensivo Pediátrico, la primera en el suroccidente colombiano, es formadora del recurso humano que hoy se desempeña en diferentes clínicas de la ciudad, la región y el país.
En el año 2006 se realizó con éxito la reinauguración asumida por el Hospital con 11 cubículos dotados por la Agrupación de Damas Hebreas; equipos de tecnología de punta logrados gracias al apoyo incondicional de la fundación WWB Colombia, con la presidencia entonces de Clara Serra.
Anita Alexandrovich actual presidente de la Agrupación de Damas Hebreas B´nai B´rith, con el empuje y decisión que la caracteriza, trajo consigo ideas nuevas implementadas para dar un manejo rápido y eficaz al realizar la bancarización de las cuentas en la búsqueda de nuevos horizontes con los donantes que residen en el exterior, para engrandecer, mejorar y cambiar tecnología obsoleta.
La presidencia del B´nai B´rith, desde su fundación, ha sido ocupada por Lotte Feldsberg, Perla B. Gilinski, Harriet Starusta, Pola Reydburd, Perla C. Gilinski, Ingrid Shor, Barbara Behar, Inge Cojocaur, Patricia Piccioto, Pilar Cárdenas, Sarita Levy, Ruthy Klahr, Zhelde Alexandrovich y Anita Alexandrovich.
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