Columnistas
Todo sigue igual
Los vínculos de tales disidencias con el negocio del narcotráfico es obvio, de otra manera no podrían subsistir económicamente.
La alocución del 20 de julio no cambió nada. El presidente Petro está convencido de que está realizando una gestión, que satisface las expectativas de los ciudadanos, a pesar de que las encuestas que las miden, dicen lo contrario. Vive en un país imaginario.
Hubo un avance, por primera vez pidió perdón por haber designado a Olmedo López, su compañero del M19, en la Unidad Nacional para la Gestión de Riesgo de Desastres. Sin embargo, su temperamento ideologizado y mesiánico no cambiará por este hecho.
Días antes había pronunciado una de sus tradicionales arengas donde negaba enfáticamente que sus funcionarios hubiesen participado en actos de corrupción, con el fin de comprar parlamentarios para que votaran favorablemente sus proyectos de ley, utilizando dinero proveniente del UNGRD.
Las acusaciones al actual gobierno son muy graves. El sistema judicial es nuestro último recurso. La Corte Constitucional obró con prontitud afirmando inconstitucional la deducibilidad de las regalías, en la declaración de renta de las empresas petroleras y mineras.
Sin embargo, los fallos no son tan oportunos como debieran ser. No son pocos los imputados que salen sobreseídos por vencimiento de términos. En enero del 2024 hubo un fallo contra Juan Carlos Abadía por una actuación de hace 14 años. Es necesario que la justicia actúe a tiempo.
En las noticias a diario escuchamos delincuentes que son apresados por crímenes cometidos de manera reiterativa, a pesar de haber sido juzgados y retenidos un sinnúmero de veces. La justicia obra de manera laxa para que esto ocurra de forma repetitiva o la ley es inapropiada. Se necesita modificar.
Se está negociando con las disidencias de las Farc, a pesar de que prominentes líderes de ese grupo armado, también firmaron el acuerdo de dejación de las armas, razón por la cual se les otorgó 10 curules en las dos cámaras legislativas, además de otros beneficios.
Los vínculos de tales disidencias con el negocio del narcotráfico es obvio, de otra manera no podrían subsistir económicamente. El jefe negociador actual de este grupo afirma que ‘Jesús Santrich’ es inocente. ‘Iván Márquez’ fue negociador del acuerdo con las Farc. Las disidencias continúan reclutando niños. Se conoce con evidencias que el aumento de las áreas sembradas de coca ocurre en los territorios por ellos controlados. Es ingenuo asegurar que van a cumplir lo que se acuerde.
La guerra en el Cauca, las masacres, el reclutamiento de menores y el asesinato de los líderes sociales, continua y continuará, registrando unas cifras elevadas.
Jamundí donde actualmente opera la guerrilla y se encuentran sus habitantes amedrentados, forma parte del área metropolitana de Cali. Me pregunto: ¿Cómo reaccionarían los burócratas bogotanos si la subversión operara en Chía o en Mosquera?
Se continúa hablando de un acuerdo nacional, al cual nunca se podrá llegar con la actitud de animadversión del actual gobierno.
Soy, por lo tanto, pesimista a corto plazo. Continuaremos como los dos primeros años de Petro, un año más. Creo que el año de elecciones será diferente. Renacerán las esperanzas. De ahí en adelante retoñará el optimismo. La inmensa mayoría no ve la hora de salir de esta pesadilla. Los colombianos somos resilientes.
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Posdata. El delirante escándalo por la actuación de la UNP, ratifica el criterio de esta columna.