Columnistas
Utilidades, salarios e inflación
No hay discusión acerca de la utilización de esta política cuando la economía está recalentada, es decir cuando la inflación ha sido originada por un exceso de demanda ...
En un conversatorio organizado por la revista Cambio para analizar el muy sensible tema de si en Colombia ha existido la ‘inflación de vendedores’, es decir si el aumento de las utilidades contribuye al aumento de los precios, se señaló que en el debate nacional se han mezclado tres cuestiones diferentes.
La primera es la del origen de la inflación. Aunque algunos críticos del documento del Ministerio de Hacienda lo acusaron sin fundamento de desconocer factores que aceleraron la inflación en los últimos años, la verdad es que los autores del documento, lo mismo que la mayoría de los analistas reconocen que el pico inflacionario reciente se originó tanto en choques de oferta (la pandemia, la invasión a Ucrania, la caída de la producción de alimentos, etc.) como de demanda (el aumento del gasto de consumo de los hogares). No hay mayores divergencias en esta cuestión.
La segunda cuestión es la de las políticas adecuadas para combatir la inflación. Al respecto, aunque se mencionaron posibilidades que se utilizaron el siglo pasado como los pactos de ingresos y salarios, el reconocimiento resignado es que hoy en día el único instrumento empleado por las autoridades es la subida de las tasas de interés y la restricción crediticia para enfriar la economía.
No hay discusión acerca de la utilización de esta política cuando la economía está recalentada, es decir cuando la inflación ha sido originada por un exceso de demanda -de los hogares, de los empresarios o del gobierno- pero por supuesto hay voces que cuestionan su aplicación cuando los choques son de oferta o de costos. No se critica porque no sirva, pues si controla el alza de precios y las expectativas, sino por el costo que tiene para el crecimiento económico y el empleo, pues muchas veces conduce a la peligrosa ‘Estanflación’, es decir, a esa combinación de estancamiento, recesión e inflación.
La tercera cuestión, la más debatida, es si las ganancias empresariales juegan algún papel, no en el origen del aumento de los precios, sino en la propagación y amplificación del proceso inflacionario, como varios estudios han comprobado que ocurre en Europa y Estados Unidos, y el documento de Minhacienda afirma que aquí también.
Más allá de las sofisticadas estimaciones econométricas, una simple identidad contable explica el tema. Los factores que inciden en la determinación del precio de un bien son el costo de las materias primas, los costos operativos, los salarios y las utilidades.
Como en el corto plazo los salarios y los costos operativos son constantes, si sube el costo de algún insumo hay dos posibilidades: una, que el mercado no permita a los empresarios subir sus precios, entonces disminuirán sus utilidades. Otra, que si tenga el poder de mercado para incrementar sus precios para mantener o aumentar sus ganancias; entonces se amplifica la espiral inflacionaria. No es cuestión de empresarios malvados, sino que eso es lo que se espera de un buen gerente
Rechazar esta realidad de la fijación de precios es una postura ideológica, sobre todo porque si se reconoce que el aumento de los salarios si empuja la inflación. Por ejemplo, el Banco de la República alerta que el aumento del salario mínimo para 2024 influirá en la senda de precios, pero no dice lo mismo del aumento de las utilidades. Los dos factores contribuyen a la espiral inflacionaria, aunque no se quiera reconocer.
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