Valle de titanes

El viernes pasado celebramos una nueva Asamblea Seccional de la Andi con un objetivo especial: honrar la historia, reconociendo la obra de mujeres y hombres referentes del sector empresarial vallecaucano.

Somos lo que conversamos, y en términos narrativos, posicionamos aquello de lo que hablamos. En los últimos años la Andi y la Seccional Valle del Cauca han desarrollado unas capacidades alrededor de los temas de posicionamiento empresarial y construcción de reputación con el fin de construir confianza y garantizar que las empresas de la región operen a largo plazo.

Pero todo empieza por nuestra identidad, su origen e historia. ¿Y qué historias contamos sobre nuestro empresariado? Las del Valle de Titanes ¿Por qué titanes? Según datos del Global Entrepreneurship Monitor, Confecámaras y el Dane, el 50 % de los emprendimientos no sobreviven a los primeros 5 años; a los 10 años solo quedan el 30 % y a los 15, menos del 20 %.

Esta mortalidad empresarial evidencia que son muchas las empresas que no sobreviven. Y que es difícil consolidarse. Pero aquí tenemos el orgullo de tener varias centenarias. Este año celebramos la historia de dos estrellas que brillan fuerte en el firmamento: Carvajal y Manuelita, con 120 y 160 años, respectivamente.

Hacer empresa y consolidarla es un acto de heroísmo. Porque aunque sólo basta con crear empresas como activos de la sociedad para generar e irrigar riqueza, estos titanes fueron más allá.

Repasando la historia, a principios del Siglo XX, cuando el Valle no existía como departamento, los municipios que lo conformarían luego pedían que la capital del Cauca no fuera Popayán sino Buga. Los payaneses contestaron que este valle que se mantenía inundado podía convertirse en un nuevo departamento cuya capital fuera Cali. Entonces nuestra ciudad se convirtió en un epicentro comercial que creció a pasos agigantados gracias a un Ferrocarril del Pacífico conectado con Buenaventura.

Durante el Siglo XX nuestros líderes desarrollaron la malla vial, un complejo de autopistas que conectaron todos los centros productivos de la región. También crearon la CVC, gracias a la cual los titanes convirtieron este valle inundado en la tierra más fértil del país. Unos referentes que, con altas capacidades ingenieriles, amansaron el río Cauca con la primera represa multipropósito de Colombia: Salvajina.

También consolidaron la clase trabajadora con Comfandi y Comfenalco. Y como el Valle no tenía universidades, impulsaron la creación de la Universidad del Valle y la Universidad Icesi. Luego fue la Fundación Valle del Lili, la mejor clínica del país.

Los titanes son, en definitiva, un grupo de familias y ejecutivos que han consolidado un ecosistema empresarial que representa el 55 % del PIB del Valle del Cauca con 250.000 empleos formales y el 51 % del valor de las exportaciones del departamento.

Además esas empresas afiliadas a la Andi destinan más de $422.000 millones en inversión social, consumen el 70,3 % de la energía de fuentes renovables, aprovechan el 89,3 % de los residuos que generan y retornan a la sociedad el 88,9 % del valor económico que generan a través de salarios, pagos a proveedores e impuestos.

Esta potencia requiere una serie de servicios a la altura. Por eso desde la Andi Seccional Valle les entregamos herramientas y promovemos conversaciones que impulsen la generación de oportunidades con los más altos estándares de sostenibilidad.